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Canto General

A partir de la publicación de Canto General, Neruda consagra su obra y reconocimiento internacional. Para gran parte de la crítica literaria, es esta una de las obras cumbre en la producción nerudiana e incluso, latinoamericana. Alejado totalmente de la introspección que caracterizaba a sus primeros poemas autorreferenciales, Canto General asoma como una crónica de cuño enciclopédico que, combinando creativamente literatura e historia, procura reconstruir y evocar las vicisitudes del hombre americano por lograr su destino colectivo de liberación y plenitud.

Originalmente el Canto General había sido concebido como un canto nacional, dedicado a explorar poéticamente los episodios históricos chilenos. Sin embargo, como el mismo Neruda reconoció más tarde, sus viajes por América modificaron radicalmente su visión.

"Comprendí que si pisábamos la misma tierra hereditaria, teníamos algo que ver con aquellos altos esfuerzos de la comunidad americana, que no podíamos ignorarlo, que nuestro desconocimiento o silencio era no solo un crimen, sino la continuación de una derrota". Especialmente su visita a Macchu Picchu fue una inspiración extraordinaria: "Allí comenzó a germinar mi idea de un Canto General americano. Antes había persistido en mí la idea de un Canto General de Chile, a manera de crónica. Aquella visita cambió la perspectiva. Ahora veía a América entera desde las Alturas de Macchu Picchu" (Neruda, Pablo. Algo sobre mi poesía y mi vida, p. 12). El 15 de Septiembre de 1945, dos años después de su visita a la ciudadela incaica, Neruda terminó de escribir "Alturas de Macchu Picchu", uno de los poemas más reconocidos del Canto General.

Canto General fue publicado en México por la editorial Océano y el Comité Auspiciador en 1950. Ambas entidades integraron en esta primera edición ilustraciones de David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. Casi simultáneamente, en Chile, "una edición clandestina, con pie de imprenta ficticio (Canto general, Imprenta Juárez, Reforma 75, Ciudad de México) burlaba las censuras y desventuras contingentes de la época" (Quezada, Jaime. "Neruda y su Canto general. Algunas referencias elementales", Alforja. Revista de Poesía (23), 2004. Reproducido en Letras.s5). Su publicación -encargada por la dirección del Partido Comunista- estuvo a cargo de un equipo integrado, entre otros, por el técnico gráfico Américo Zorrilla y el artista José Venturelli, quien no solo ilustró la edición con sus dibujos, sino que también entregó directrices para su diagramación.

La impresión supuso una labor complicada y trabajosa, que además debió contemplar un sinnúmero de precauciones con el fin de evitar ser detectados por la policía del gobierno de González Videla. Cada etapa del proceso fue encargada a un operario distinto y realizada en un lugar diferente. Se prefirió el uso de papel corriente, disponible en cualquier establecimiento comercial, para no dejar huella haciendo un pedido especial a alguna empresa papelera. Asimismo, se utilizaron matrices de linotipia en desuso, que los aparatos de inteligencia del estado no pudiesen rastrear. El resultado fueron 5 mil ejemplares de 468 páginas, cuyo formato resultó sumamente audaz para una publicación ilegal: 27 x 19 cm.