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Joaquín Edwards Bello y París

Junto con Valparaíso, hubo otra ciudad que fue fuente de fascinación e inspiración para Joaquín Edwards Bello: París. Distintos motivos lo llevaron a vivir en la Ciudad de las Luces durante varios períodos. En 1904 se trasladó a la capital francesa junto a su familia, en busca de un remedio para el cáncer que padecía su padre, sin éxito. Dominó rápidamente el idioma leyendo los letreros de la ciudad y no tardó en familiarizarse con la escena cultural e intelectual francesa.

Después de escribir El inútil (1910), Edwards Bello se marchó de Chile, recalando nuevamente en París. Sin mayores compromisos familiares, durante su estadía escribió solo ocasionalmente y llevó una vida de dandy, frecuentando casinos y otros centros de la bohemia parisina y dilapidando así la fortuna con la que contaba.

Sus experiencias en París dieron pie a numerosas crónicas en las que celebró las bondades de la ciudad y las comparó con la desdeñable situación chilena. Su novela Criollos en París (1933), en efecto, toma como eje de la narración al París de la I Guerra Mundial, acudiendo así a elementos de su propia biografía.