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Orden de Santo Domingo u Orden de Predicadores

La Orden de Santo Domingo, conocida también desde sus primeros días como Orden de Predicadores, fue fundada en el siglo XIII por Santo Domingo de Guzmán, confirmada y oficializada mediante bula papal por el Papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216 en Toulouse, Francia. Los dominicos se destacaron por ser grandes maestros en las cátedras de teología, filosofía, arte y sagrada escritura en diferentes universidades de Europa.

En el año 1550 fueron enviados a la Capitanía General de Chile, específicamente a la provincia Tucumán (hoy territorio argentino) por orden del Gobernador del Perú, Pedro de la Gasca. La misión encomendada fue acompañar a los españoles que se dirigían a conquistar tal territorio, con el fin de ser capellanes y protectores de los 'indios'.

En 1551, Pedro de Valdivia solicitó al Rey el envío de más religiosos a sus tierras, porque hacían falta para atender las necesidades espirituales del Reino. Fue así como llegaron en 1552 a Santiago con el fin de ayudar en la instrucción tanto de indígenas, en misiones en el sur, como de españoles. Su primera casa religiosa data de 1557 y se levantó en la actual calle Santo Domingo. Para 1588 se fundó la Provincia dominica en Chile, lo que le dio total independencia del Virreinato del Perú, así como también su casa de dominicos pudo ser oficialmente un convento. Posteriormente, en el siglo XVIII, gracias a la donación de una hacienda que les hicieran en 1558, Rodrigo de Quiroga y su esposa Inés de Suárez, fundaron un nuevo convento consagrado en las cercanías de Cerro Blanco, actual Recoleta Dominica.

Bajo el lema "predicar, enseñar y dar misiones", enviaron solicitudes al Rey de España en 1589, pidiéndole la autorización y financiamiento para crear una Universidad en el Reino de Chile que otorgara los diferentes grados en Teología y Artes. Es así como en 1619, bajo la autorización del Rey y del Papa Pablo V, crearon la primera universidad de Chile, llamada Santo Tomás de Aquino, institución que tuvo un sello eminentemente religioso.

Durante todo el siglo XVII, los dominicos continuaron con la fundación de escuelas y colegios rurales, con la administración de la universidad y con sus misiones en territorio indígena. Hacia el siglo XVIII, cesó su responsabilidad de administrar la universidad, pues esta fue clausurada a favor de una nueva institución, la Real Universidad de San Felipe, a cargo de la Compañía de Jesús que trascendía los estudios religiosos e incorporaba la formación en otras disciplinas como matemáticas, filosofía, medicina y derecho.