Muchos artículos contenidos en la prensa obrera perseguían la meta de erradicar una serie de elementos propios la cultura popular de entonces, como el consumo de alcohol, la prostitución, el juego, el ocio, el hurto, las riñas, la religiosidad popular, entre otras. Esta suerte de "ilustración obrera" buscaba en definitiva la construcción del obrero honrado, consciente de su posición de clase y de su potencial cívico o revolucionario para hacerse cargo de su propio destino. La serie de documentos de la época, dan cuenta de la apropiación creativa por parte de los líderes y periodistas obreros respecto a las ideas moralizantes, científicas y de las iniciativas educativas de las elites, permitiendo conjeturar la tensión entre aquel discurso modernizante obrero y las prácticas populares tradicionales.