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¡Para no desteñir estas fiestas Patrias!

No vaya a ser que se le enreden los pies, que no tenga tema o se note que los últimos años no ha actualizado sus conocimientos patrios. Memoria Chilena pone a disposición de sus lectores un pequeño compendio para disfrutar todo septiembre (con conocimiento de causa)

21 de septiembre de 2010

Si el tema es tener un mes bicentenario involvidable, claramente donde no se puede fallar es en los bailes. Para tener tema de entrada, puede comenzar impresionando al decir que recién el 18 de septiembre de 1979 se promulgó la cueca como baile nacional y que su elección se fundamentó en la significación histórica y difusión a lo largo del territorio nacional. Si logramos cumplir el primer paso y llamar la atención, tengamos en mente que es en la pista donde se logra el lucimiento final, por lo que recomendamos tener leídas y aprendidas las Instrucciones de Cueca de Franco Zubicueta (1908) y las coreografías de Refalosa Anoche me confesé, Seguidilla, y El Pequén de Margot Loyola, cosa de brillar con colores propios (y patrios) en cuanto festejo chileno se encuentre durante septiembre.

Por otra parte, si usted es de los bailarines informales herederos de las chinganas, la cueca brava le va a resultar mucho más cercana. Nombrada así para diferenciarse de las cuecas choras inventadas por Roberto Parra, ambas fueron inventadas para relatar la vida urbana, prostibularia y marginal de Chile, a diferencia de la cueca normal que basaba sus relatos en el mundo campesino.

Si lo suyo es la conversación ilustrada, si desea conocer las teorías acerca del origen africano de la cueca, la zamacueca, su estructura o relaciones, lo recomendable es leer Chilena o Cueca Tradicional de Samuel Claro Valdés, Carmen Peña Fuenzalida y María Isabel Quevedo Cifuentes, revisar al detalle Biografía de la Cueca de Pablo Garrido (1976) o, para ver el tema desde una perspectiva histórica, Oyendo a Chile de Samuel Claro Valdés (1997) lo dejará como un patriota empapado de la cultura nacional.

Ahora, otra es con guitarra y si se anima, que no le falte tema y memorice Las cuecas del Tío Roberto o el zapateo de una de las parejas más reconocibles de nuestro país, cantando a coro la Cueca de Condorito y Yayita. Si su deseo y canto incluye rescatar antiguas glorias de la izquierda chilena, se puede aprender El alma que canta, que como reza su portada, contiene "hermosas tonadas y cuecas chilenas dedicadas al Frente Popular". Si le pasa que el cantor desafina a la hora de entonar, la opción puede ser recitar poesía con la Lira Popular, reeditando hoy los comentarios de contingencia nacional con que se recitaban las décimas, la antigua forma métrica que pasó a América gracias a la Conquista. Ojo que si quiere compartir con su hijo de qué se trataba la Lira Popular, es cosa que juntos revisen este link de Chile Para Niños

Finalmente, si no le gusta bailar, canta mal y se cansó de tanto conversar a la luz de la chicha, también puede empaparse de las festividades escuchando música en la tranquilidad de su hogar. Con la cueca La Rosa, escuchando a Margot Loyola cantando o si es porteño, disfrutando junto al mar la cueca Adelante Wanderers.

¡¡¡Felices bicentenario y mes de la patria les desea Memoria Chilena!!!

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