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"La memoria que nos une": una invitación a reconstruir la historia de la Biblioteca Nacional y de Chile 

A partir del 19 de agosto se encuentra abierta la muestra que expone los vínculos del desarrollo de la Biblioteca Nacional con el devenir histórico del país.

02 de septiembre de 2013

Una serie de reproducciones de documentos, imágenes, audios y material audiovisual y una atractiva puesta en escena dan vida a la muestra "La memoria que nos une". Con motivo de la celebración de los 200 años de la Biblioteca Nacional de Chile, la exposición saca a la luz parte del material que la institución alberga en sus almacenes para relatar su propia historia. 

"Cuando me preguntan de qué se trata la exposición, yo respondo: es una celebración de lo que ha significado y significa la Biblioteca; en esta muestra, es la Biblioteca la que se expone a sí misma", explica Pablo Brugnoli, arquitecto encargado del montaje de la muestra.

El novedoso montaje, en base a estructuras y grillas de madera que da la impresión de una construcción sin terminar, tiene el objetivo, según la historiadora del arte y curadora de la muestra Carolina Tapia -quien tuvo a su cargo además la investigación histórica que la sustenta- de transmitir la idea de "una memoria que está en permanente edificación. Todos los días llegan nuevos documentos, materiales y periódicos, y eso es también lo que queremos reflejar: la historia de Chile y de la biblioteca se sigue haciendo a diario".

El punto de partida para el guión de la exposición fue una selección realizada por el poeta Thomas Harris -jefe de la sección Referencias Críticas- y Pedro Pablo Zegers -conservador delArchivo del Escritor-, a partir de la cual trabajaron Carolina Tapia y Beatriz Berger (periodista), junto a Brugnoli y un amplio equipo de editores y diseñadores. El trabajo final apuntó a desarrollar una muestra transversal "en la que todos tuvieran algo que ver", apunta Brugnoli.

La exposición "La memoria que nos une" examina la evolución de la institución y del país a través de la exhibición de publicaciones y materiales que reflejan los intereses temáticos de las épocas que recorre.

De los siglos XIX al XX

El inicio de la muestra hace hincapié en dos hitos fundamentales del siglo XIX: la primera junta nacional de Gobierno y la fundación de la Biblioteca Nacional, que tuvo lugar tres años después. El espectador podrá ver, en este tramo, parte de las primeras colecciones de la Biblioteca -donde se incluyen incunables como Las siete partidas-, para hacerse luego una idea de la producción intelectual nacional durante este periodo. Por ello tienen su lugar los periódicos La Aurora de Chile y El Monitor Araucano, o las obras de naturalistas como Claudio Gay y Rodulfo Phillippi.

El tránsito al siglo XX está marcado por el afán democratizador y los cambios ocurridos en la sociedad chilena, los que se reflejan en publicaciones periódicas del siglo XX como las revistasSucesos (1902-1932), Zig Zag (1905-1964) y Nosotras (1902), para finalmente llegar a las últimas décadas del siglo, a la par del desarrollo de la radio y la televisión.

Sacando a la luz las colecciones

Una de las ideas centrales de la exposición consistió en visibilizar las colecciones de la Biblioteca Nacional, otorgando al público la posibilidad de interactuar con sus contenidos. "La idea es que las personas puedan armar también su propia historia, y su propia versión de la historia de la Biblioteca; queríamos que hicieran ese ejercicio: apelar a su propia memoria y hacerlos partícipes", argumenta la historiadora Carolina Tapia, curadora de la muestra.

Así, el resultado final de la exposición invita a los visitantes a acceder a los documentos de forma directa, permitiéndoles profundizar a través de archivos QR y la novedosa modalidad deltake away, que concede al público la posibilidad de llevarse reproducciones de los documentos expuestos (de acuerdo a disponibilidad). "Fue la primera idea, yo imaginé desde el principio que la gente pudiera llevarse algo de la Biblioteca y de esta exposición", explica al respecto Brugnoli.

La exposición permanecerá abierta a todo público en el Salón Bicentenario y la Galería de Cristal de la Biblioteca Nacional hasta fines de 2013.

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