"Estadio, desde su primera edición, significó para el deporte una ventana especializada con la que no contaba: el comentario fue entendido, profundo y extenso", afirma Edgardo Marín, Premio Nacional de Periodismo Deportivo 1993 y periodista de la revista entre 1964 y 1979. La publicación contribuyó en forma decisiva a la profesionalización y la especialización del periodismo de deportes en Chile.

Asimismo, a juicio de Eduardo Santa Cruz, Estadio impulsó el desarrollo del deporte chileno, sobre todo en sus primeros veinte años de existencia: "Toda la década del cuarenta va a ser concebida por la revista como un período en que el fútbol y el deporte nacional debían ir cimentando un desarrollo sistemático en base a la planificación [tanto] a corto (las competencias mismas, sistemas de juego, entrenamiento, etc.) como a mediano y largo plazo. Los resultados, ya durante los cuarenta, y en especial en la década siguiente, parecieron ir confirmando esta visión de un progreso permanente como tendencia de fondo en la evolución del deporte nacional" (Santa Cruz, Eduardo. "Prensa deportiva y desarrollismo en Chile. El caso de la revista Estadio", Mapocho (71), primer semestre de 2012, pp. 261-283).