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Memorias (1962)

Pedro Subercaseaux Errázuriz perteneció a una influyente familia de inmigrantes franceses y vascos, con fuertes conexiones con la clase política chilena. Se formó académica y artísticamente en Europa, haciendo visitas esporádicas a Chile. Una vez instalado en nuestro país, desde 1902, desarrolló una exitosa carrera como pintor de cuadros históricos. Después de más de una década de matrimonio junto a Elvira León Otaegui, solicitaron la dispensa papal y cada uno siguió el camino de la vida religiosa. Como monje benedictino, Fray Pedro Subercaseaux continuó con sus trabajos pictóricos por encargo de sus superiores en la jerarquía monacal.

Sus memorias se dividen por períodos: Primera parte, de 1880 a 1920; Segunda parte, de 1920 a 1930 y Tercera parte, de 1930 a 1955. En la nota preliminar de estos escritos, los monjes benedictinos aclaran: "A quien se ha acostumbrado a ver el nombre de don Pedro Subercaseaux al pie de grandes lienzos históricos o religiosos, extrañará tal vez hojear un libro que se reclama de él como autor. No conviene engañarse. El Padre Pedro Subercaseaux jamás intentó ser escritor. Estas páginas son simplemente sus memorias, escritas con la humildad y el desapego del verdadero monje. Podrían haber quedado inéditas, para ser leídas quizá solo por sus hermanos, por los que guardan su tumba en el cerro de San Benito de Las Condes (…) No habrá revelaciones especiales ni mensaje que sacuda el mundo. Habrá tal vez al fin la sensación de paz dejada por el testimonio de una vida marcada por el dedo de Dios. Los monjes de Las Condes así lo esperan" (Subercaseaux Errázuriz, Pedro. Memorias. Santiago: Del Pacífico, 1962, p.7).