La Imprenta Barcelona fue fundada en noviembre de 1891 por Luis Barros Méndez e Ignacio Balcells y se alzó como un referente de la modernización gráfica en el país. Desde 1892 dispuso de máquinas de última tecnología, de estereotipia y litografía. También fabricaban cuadernos y sobres de papel. En 1893 se abrió al público.

Sobre la necesidad de renovación de la actividad tipográfica y técnica en el país, en el número 28-29 de Chile Ilustrado, revista publicada por la Imprenta Barcelona, se lee: "En 1892 y 1893 la mayor parte de las antiguas máquinas tipográficas de los talleres de la Imprenta Católica de don Manuel Infante, que habían sido la base de la Imprenta Barcelona, eran substituidas por máquinas alemanas de las más perfeccionadas, de la conocida y célebre fábrica Albert y Cía., de Stuttgart" (Chile Ilustrado, número 28-29, noviembre-diciembre 1904, p.4).

En 1899, Ignacio Balcells se traslada a Europa para conocer las novedades del rubro tipográfico presentadas en la Exposición Universal de París de 1900. Este afán de sus fundadores fue la clave de los altos estándares de calidad por los que la imprenta ganó su reputación.

La Imprenta Barcelona fue especialmente reconocida por sus impresiones a color: fotolitos, tricromías, fototipias y litografías. Fue la primera imprenta en Chile en tener una máquina monotype. Desde 1904 contrataron como ilustradores a destacados artistas gráficos, entre quienes se encontraba Alejandro Fauré, el primer gran afichista e ilustrador nacional.