Subir

Bibliotecas particulares en la época colonial

Aunque escasas, en Chile existieron bibliotecas particulares concentradas en manos de miembros del clero católico como Juan Bravo del Rivero y Correa, Miguel de Alday y Aspee o Francisco Marán y abogados como Santiago de Tordesillas y José Sánchez Villasana que fue heredada y aumentada por José Teodoro Sánchez.

Entre los abogados, una de las más destacadas fue la del doctor José Valeriano de Ahumada, quien fue rector de la Real Universidad de San Felipe y reformó las cátedras y enseñanza, a través de un plan de estudio que buscaba elevar la calidad de conocimientos impartidos. Su biblioteca particular fue durante mucho tiempo una de las más grandes de la Capitanía General con más de 2800 ejemplares. En las bibliotecas privadas, pese a que tenían mayoritariamente títulos de derecho e historia, se podía encontrar títulos literarios que no formaban parte de las conventuales.

La biblioteca del Obispo de Santiago Miguel de Alday y Aspee fue una de las importantes de la época. Nacido en Lima fue nombrado Obispo de Santiago en 1735, trayendo consigo 974 volúmenes, número que llegó 2.058 al momento de su muerte en 1788. Entre los libros estaban las grandes obras de derecho indiano, obras literarias del Siglo de Oro español y los clásicos latinos como Virgilio, Séneca o Cicerón.