El saber médico en Chile tenía una visión fisiológica y social sobre los efectos nocivos del alcohol en las personas. El alcoholismo era percibido como una patología clínica que relacionaba las conductas ebrias con la locura y las tendencias criminales. Así mismo el alcohol era considerado el origen de la degeneración racial de la nación. Los médicos tenían especial preocupación por la herencia del país, ya que el alcoholismo era visto como un problema hereditario que afectaba directamente a la familia y a la descendencia de los sujetos, generando potenciales criminales y pervertidos que podían afectar negativamente la base demográfica de la nación.

Por otra parte se caracterizó el alcoholismo como un experiencia cotidiana de las clases populares y de los indígenas, quienes era necesario educar y recluir en caso de observar un consumo inmoderado. El saber medico de fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX se asignó la tarea no solo de denunciar, sino también de caracterizar perfiles de alcoholismo en la población y ofrecer sus servicios al Estado en la tarea de mejorar la salud de la población. Así el alcoholismo fue objeto de múltiples observaciones con el fin de estudiar las manifestaciones, hábitos y consecuencias de la embriaguez para así descubrir, recluir y normar las conductas de las distintas familias obreras y campesinas en Chile.