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“Observaciones sobre las Repúblicas Sur-americanas”

Porqué pueblos que se hallan organizados bajo un régimen liberal, cuyas constituciones han sido vaciadas en los mejores moldes, no son verdaderamente libres (…) mientras que otros sin más diferencia que la de haber debido su existencia a otra metrópoli (…) se han organizado tranquilamente, y son ya sus émulos en poder y riqueza

("Observaciones sobre las Repúblicas Sur-americanas". El Semanario de Santiago, número 4. 4 de agosto, 1842, p. 27).

Durante las primeras décadas del siglo XIX, se vivió en Chile y en la mayor parte de los países sudamericanos un clima de inestabilidad política que llevó a una sucesión de gobiernos, revoluciones, revueltas y motines.

En el artículo publicado en tres partes por El Semanario de Santiago, entre el 4 de agosto y el 15 de septiembre de 1842, titulado "Observaciones sobre las Repúblicas Sur-americanas", se trató de explicar dicha situación en la que estas repúblicas, a pesar de haber conseguido su Independencia en nombre de los ideales de la democracia y la libertad, sufrían un clima de desgobierno.

Realizando un contraste con la bonanza de los Estados Unidos, un país que, en condiciones similares, pero bajo el poder de Gran Bretaña, había conseguido su independencia unas décadas antes, en El Semanario se examinó la influencia de las formas de administración impuestas por la corona española en sus colonias americanas.

Así, para El Semanario de Santiago, mientras Gran Bretaña permitió a sus colonias "organizarse del modo que juzgasen más conveniente" (p. 77), España dividió el territorio en virreinatos y diferentes gobernaciones, a cargo de autoridades representantes del monarca, con el fin de asegurar el monopolio de la explotación de las riquezas y la extensión de las facultades de los reyes en suelo americano.

En este sentido, si la independencia de Estados Unidos fue fruto del "movimiento simultáneo de las masas" y de una organización propia, el carácter del proceso de independencia de los pueblos sudamericanos fue "casi obra de las circunstancias" que llevaron a la abdicación obligada de Fernando VII: "La revolución angloamericana terminó con la jura de su independencia; la nuestra aun subsiste, porque hemos tenido que luchar no solo contra el enemigo común, sino también contra la ignorancia en que nos dejó sumergidos, y los vicios de un sistema de gobierno en oposición a toda clase de mejora y progreso" (p. 77-78).

A partir de este examen, que identificó en la herencia colonial uno de los motivos del desgobierno de las repúblicas sudamericanas, El Semanario de Santiago planteó que la completa emancipación de las nuevas repúblicas debía surgir del progreso intelectual de los pueblos, el que traería, como consecuencia, su organización pacífica, conseguida a partir de las peculiaridades de su carácter propio.