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Escritos de arte de Vicente Grez en la Revista de Santiago

Vicente Grez (1847-1909), quien fue parte de la comisión chilena en la Exposición Universal de París, contexto en el que publicó el libro Les beaux arts au Chili (1889), un par de décadas antes, participó como colaborador en la Revista de Santiago (1872-1873) con tres artículos sobre la obra de Nicanor Plaza (1844-1918), Antonio Smith (1832-1877) y Pedro Lira (1845-1912), respectivamente.

En "Una visita artística. Nicanor Plaza", Grez destacó el éxito que el escultor alcanzó en el círculo artístico chileno y entre los coleccionistas de la época tras sus estudios en Francia: "Obra terminada es obra salida del taller y muchas veces disputada con entusiasmo. Solo así se comprende no haya mucho que admirar en el taller de nuestro inteligente y fecundo escultor, desde que casi todas sus obras figuran en las galerías de nuestros ricos particulares" ("Una visita artística. Nicanor Plaza". Revista de Santiago. Tomo I. Santiago de Chile, 1872, p. 449).

Para Grez, la obra de Plaza, especialmente sus esculturas de figuras de la historia nacional, como Caupolicán (1863), había conseguido llegar de manera transversal tanto a los entendidos en la escultura como al público no necesariamente especializado.

En el artículo "Antonio Smith", publicado algunos meses después del texto dedicado a Plaza, Grez dio cuenta del trabajo de este artista reconocido por sus ilustraciones en El Correo Literario (1858-1867), de su rol de educador y de la influencia que ejerció en el círculo artístico chileno cuando -tras retornar de Europa- estableció un taller de pintura en Santiago por el que pasó una buena parte de los pintores chilenos de la segunda mitad del siglo XIX.

Entre esos pintores, Vicente Grez destacó el trabajo de Pedro Lira. En el texto "En el taller de Pedro Lira", dio cuenta de las deudas y relaciones de la obra del pintor, no solo con Smith, sino también con otros artistas como Carlos Marcó. Además de analizar su desarrollo estético que, para Grez, buscó un realismo que fuera más allá de la representación de lo bello pues "el arte, según parece comprenderlo Lira, no solo tiene por objeto representar lo bello, como pensaban los antiguos, sino ante todo la verdad de la naturaleza" ("En el taller de Pedro Lira". Revista de Santiago. Tomo 1. Santiago de Chile, 1872, p. 991).