Durante el siglo XX, los problemas alimenticios que primaron estaban asociados a la desnutrición y el hambre de la población. Distintos gobiernos e instituciones intentaron dar una solución efectiva a la situación alimenticia y fue en la década de 1980 cuando se logró triunfar sobre los índices de desnutrición. Los avances en materia de conocimiento y disponibilidad de alimentos permitió superar los problemas de larga data.

Sin embargo, hacia la década de los noventa afloraron nuevos problemas alimentarios asociados al exceso de mala alimentación. De la mano de las cadenas internacionales y nacionales de comida rápida, subieron las tasas de obesidad y sobrepeso de la población.

Estas nuevas inquietudes han sido abordadas desde el Estado a través de programas de gobierno y proyectos de ley que busquen regular y fomentar hábitos alimenticios más saludables para la población.