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Trabajadores de los Ferrocarriles del Estado

Durante los siglos XIX y XX, la Empresa de Ferrocarriles del Estado empleó a miles de personas para realizar distintas labores, tales como choferes para la conducción de maquinarias, obreros para la reparación y mantenimiento de trenes en las maestranzas, ingenieros para la proyección de nuevos tramos, etc. Los trabajadores ferroviarios fueron un grupo estratégico para la economía chilena y contaron "con una larga trayectoria de acción sindical y política" (Botey, Ana María. La proyección social y laboral de la Empresa de Ferrocarriles del Estado: 1932-1941, p. 5).

La Empresa publicó numerosos documentos sobre las condiciones de su personal, referidos a temas tales como sueldos, ascensos, reclutamiento, educación, etc. Asimismo, el ingeniero de Ferrocarriles del Estado Domingo Víctor Santa María (1854-1919), hijo del ex presidente, publicó en 1913 una monografía titulada El personal de los ferrocarriles del Estado, donde se opuso al reclutamiento de personal por motivos políticos y a las multas de castigo a aquellos empleados que tenían bajas rentas. También sostuvo que, además de la Caja de Ahorros, los trabajadores ferroviarios necesitaban otras acciones para asegurar la continuidad en sus puestos, tales como la fijación de horas de servicio en relación con las tareas desempeñadas y la educación de los hijos del personal. Con esta última medida, de acuerdo a Santa María, "generalmente el hijo sigue las aguas del padre i se forman familias de carrilanos" (El personal de los ferrocarriles del Estado, p. 42).

Asimismo, en 1910 Samuel Núñez (1857-1924) publicó el texto Los Ferrocarriles del Estado con el propósito de señalar los nombres de quienes trabajaron en la construcción, administración, desarrollo y funcionamiento de los ferrocarriles chilenos. Además, se refirió a la situación en que se encontraban los trabajadores ferroviarios, señalando que "el empleado de los Ferrocarriles apenas vive para lo primero, es decir, trabaja para vivir, i todavía, a mísera racion" (Los Ferrocarriles del Estado, p. 8).

La asociación de empleados a contrata de los Ferrocarriles del Estado fue una de las asociaciones de trabajadores destinadas a mejorar el bienestar del personal de la Empresa. En 1920, esta asociación publicó un memorial presentado por su comité directivo al director general de Ferrocarriles del Estado, solicitando el derecho a jubilación a los treinta años de servicio, la fijación de los sueldos con las gratificaciones vigentes en ese momento y, el pago de los cuatrienales.

Además, durante el siglo XX, en numerosas ocasiones los empleados ferroviarios lideraron huelgas para mejorar sus condiciones laborales y sociales. Una de ellas fue la huelga del Ferrocarril de Antofagasta de 1919, donde el "Gremio de Maquinistas y Fogoneros" de los ferrocarriles del Estado solicitó, entre otras cosas, el establecimiento de una jornada laboral de ocho horas diarias y, dar cumplimiento a la ley de accidentes del trabajo. Debido a la importancia que tenía el ferrocarril para la economía nacional, los paros de las faenas fueron vistos con preocupación por las autoridades de la época, pues afectaban al transporte de productos de exportación y abastecimiento y al traslado de turistas.