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Fanor Velasco y la pugna Iglesia-Estado

En la década de 1870, Fanor Velasco publicó los ensayos La idea liberal y la idea ultramontana (1871) y Ensayo sobre el Patronato (1878), con los que participó del debate en torno a las relaciones entre Iglesia y Estado que se desarrolló entre una parte de los liberales que abogaron por la secularización del Estado y el sector ultramontano, corriente conservadora cercana al Papa. Este debate tuvo como consecuencia la promulgación de las leyes laicas entre 1883 y 1884 y la separación de Iglesia y Estado en el año 1925.

Las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado chileno se remontan al periodo de formación de la República. Durante la primera mitad del siglo XIX, el Estado buscó, en diferentes misiones ante la Santa Sede, que esta reconociera a Chile el derecho -conocido como Derecho de Patronato- a escoger a las autoridades eclesiásticas. A pesar de que este reconocimiento no se obtuvo de manera oficial, en la práctica, durante la gestión del arzobispo Rafael Valentín Valdivieso, hacia 1845, el gobierno chileno realizaba propuestas de candidatos para los cargos eclesiásticos que la Iglesia consideraba como "sugerencias filiales" (Martinic Drpic, Zvonimir. Las manifestaciones de la pugna iglesia-estado en chile respecto de la sucesión arzobispal de Santiago. 1878-1886. Tesis para optar al grado de Doctor en Historia. Universidad de Chile, 2012).

En 1865, resurgió la tensión entre la Iglesia y el Estado por una reinterpretación del artículo V de la Constitución de 1833 que consideraba la existencia de la libertad de cultos de manera privada. En 1871, nuevamente se reavivaron los conflictos por dos hechos coyunturales: la Iglesia Católica negó la extremaunción y el derecho a ser sepultado en terreno sagrado al coronel Manuel Zañartu (1804-1871) por vivir en concubinato y público adulterio y se negó a celebrar el matrimonio eclesiástico del diputado Juan Agustín Palazuelos (1840-1897) por no prestar juramento religioso al iniciar el periodo ordinario de las sesiones del Congreso en 1870.

En 1871, en vísperas de la elección presidencial, Fanor Velasco publicó La idea liberal y la idea ultramontana. Los candidatos presidenciales fueron José Tomás Urmeneta García (1808-1878), por parte del sector liberal, los radicales y nacionales, y Federico Errázuriz Zañartu, por la fusión liberal-conservadora. Para Velasco, este último candidato representaba la idea ultramontana, visión que consideraba retrógrada pues limitaba el progreso del país.

Desde esta perspectiva, Velasco abogó por la necesidad de que los asuntos de la política y la religión estuvieran separados, en particular, porque los sectores opositores, a saber, la Iglesia católica chilena y los conservadores, obtenían beneficios directos, como el dinero que el Estado disponía para la construcción de templos, el pago de sueldos a los obispos y el apoyo político que la Iglesia entregada al Partido Conservador.

En este sentido, la intromisión del ultramontanismo en materias de estado y su relación estrecha con la política del país fue ejemplificada por Velasco con el caso de la instrucción pública, pues la Iglesia y los conservadores, promoviendo su concepción de libertad de enseñanza, propusieron la supresión del Instituto Nacional, "único faro", según consideraba el autor, "que guía a las inteligencias desprovistas de fortuna sin exigirles una fuerte retribución; el Instituto es una escuela práctica de democracia donde el hijo del artesano se sienta al lado del hijo del banquero, y el Instituto es el único establecimiento en que se recibe una ilustración que siquiera a medias sea digna de este nombre" (Velasco, p. 33).

En 1878, Velasco publicó Ensayo sobre el Patronato, libro que surgió como respuesta a una circunstancia específica, la discusión sobre quién ocuparía el cargo del arzobispo de Santiago luego de la muerte Rafael Valentín Valdivieso. El Cabildo Eclesiástico eligió como Vicario Capitular a Joaquín Larraín Gandarillas (1822-1897), mientras que el Gobierno, exigiendo su Derecho de Patronato, escogió a Francisco de Paula Taforó, lo que produjo un desencuentro entre Estado e Iglesia.

Optando por una postura más flexible, en su Ensayo sobre el Patronato, Velasco, a partir de un recorrido histórico sobre la influencia eclesiástica en la organización de la sociedad, sostuvo que en el Chile de ese periodo, el Derecho a Patronato era una idea anacrónica respecto del nuevo orden del país. Por esta razón, con confianza en la necesidad absoluta del progreso, consideró que, se cumpliera o no la separación entre Estado e Iglesia, las ideas de la democracia y el progreso seguirían existiendo, por lo que, en ese momento de la historia de Chile, la relación con la Iglesia aparecía como una oportunidad para el Estado de aprovechar su influencia moral sobre la población.