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Largometrajes nacionales en La semana cinematográfica

Aunque entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, se realizó en suelo chileno un variado conjunto de registros documentales y filmes de contenido noticioso, la producción de largometrajes de ficción comenzó en la década de 1910 con Manuel Rodríguez, película dirigida por Adolfo Urzúa Rosas y producida por la Compañía cinematográfica del Pacífico.

Siguiendo el propósito que se planteó en su declaración de principios de dar una guía al público que le permita "elegir por sí mismo lo que más le convenga" ("Nuestra revista". La semana cinematográfica. Número 1, 9 de mayo de 1918, p. 1), La semana cinematográfica se orientó a la publicación de artículos que reseñaron, principalmente, largometrajes hollywoodenses, aunque también aparecieron artículos que promocionaron y comentaron largometrajes nacionales, como Todo por la patria (Arturo Mario, 1918), La avenida de las acacias (Arturo Mario, 1918), Manuel Rodríguez (Arturo Mario, 1920) y Cuando Chaplin enloqueció de amor (Pedro J. Malbrán, 1920).

De los largometrajes dirigidos por Arturo Mario al alero de la productora Hans Frey Film, La semana cinematográfica destacó la apelación a contenidos nacionales que, junto con causar una recepción positiva de los espectadores a partir de su identificación con dichos contenidos, supuso un impulso para el desarrollo del cine nacional.

Respecto de estos contenidos nacionales, Lucila Azagra, en un artículo sobre la película Todo por la patria, remarcó que "al ver pasar por la tela los pasajes de nuestros campos y al ver moverse en ella a los sencillos pobladores de nuestras aldeas, así como al ver las escenas patrióticas del asalto y la toma del morro de Arica por nuestros soldados de línea, el aplauso brotaba espontáneo, vigoroso, ardiente, entusiasta, de todos los ámbitos de la sala. Algo de un soplo patriótico parecía que flotaba en el ambiente y electrizaba los corazones" (Azagra, Lucila. "Todo por la patria". La semana cinematográfica. Número 4, 30 de mayo de 1918, p. 9 y 12).

En consonancia con este "soplo patriótico", La semana cinematográfica destacó de La avenida de las acacias: "El buen desempeño de los artistas, los bonitos paisajes que figuran en la cinta y que dan la idea de la belleza de algunos de nuestros campos y aldeas" (Azagra, Lucila. "La avenida de las acacias". La semana cinematográfica. Número 18, 5 de septiembre de 1918, p. 14).

Apelando nuevamente a lo nacional, el 27 de mayo de 1920, La semana cinematográfica promocionó el estreno en el teatro Alhambra de una segunda película nacional de ficción dedicada a la figura de Manuel Rodríguez (1785-1818). Posteriormente, en el número 110, como parte de la sección interior "Los estrenos de la última semana", apareció una breve crítica a esta producción que echó de menos un mayor desarrollo argumental sobre la acción de Manuel Rodríguez en la Reconquista (La semana cinematográfica. Número 110, 10 de junio de 1920, p. 2).