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Lucila Azagra

En un contexto marcado por el proyecto nacionalista del centenario, la más o menos escasa producción crítica sobre cine era realizada en su mayor parte por intelectuales, poetas y novelistas que desde el campo específico de la literatura "comenzaron a hablar y escribir seriamente sobre cine alrededor de 1915". Con las dificultades que imponía un fenómeno estético en formación, estos críticos hicieron del cine y de la crónica sobre cine en particular un "territorio por explorar, un objeto de discusión y de teoría" (Bongers, Wolfgang, Torrealba, María José y Vergara, Ximena. Archivos i letrados. Escritos sobre cine en Chile: 1908-1940. Santiago: Cuarto Propio, 2011, p. 10).

De manera paralela aunque paulatina, aparecieron revistas especializadas sobre cine como Chile cinematográfico y Cine gaceta en 1915 y El film y La semana cinematográfica en el año 1918. Esta última, que con sus 138 números fue la revista de cine más prolífica de la primera parte del siglo XX, incluyó fotografías, notas y noticias acerca del cine y el star system hollywoodenses, además de una sección regular de crónica cinematográfica.

Lucila Azagra, seudónimo de la directora y propietaria de la revista, a lo largo de la vida editorial de La semana cinematográfica, tuvo una alta producción de textos en los que escribió acerca de largometrajes chilenos y extranjeros, la censura, el acondicionamiento de las salas de cine y, en general, de un conjunto amplio y variado de temas relativos a la cinematografía.

En este sentido, Lucila Azagra es considerada la "primera periodista y crítica cinematográfica en la historia del periodismo nacional. Apasionada del cine, lo defiende contra quienes son incapaces de entender que es 'por el momento, el gran espectáculo del mundo'" (Mouesca, Jacqueline. Breve historia del cine chileno: desde sus orígenes hasta nuestros días. Santiago de Chile: LOM, 2010, p. 27).

Sobre su vida personal no existe demasiada información; según Jorge Iturriaga, tuvo una breve experiencia de trabajo en La Nación (La masificación del cine en Chile, 1907-1932: La conflictiva construcción de una cultura plebeya. Santiago de Chile: Lom, 2015); e, incluso, algunos investigadores han puesto en duda que la persona que firmó con el seudónimo Lucila Azagra haya sido efectivamente una mujer (Bongers, Torrealba y Vergara, p. 560).