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Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones de Puente Alto

La Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones de Puente Alto fue creada en marzo de 1920, fruto de la fusión de las fábricas "Cartón de Maipo" y "Esperanza", que pertenecían a Luis Matte Larraín (1891-1936) y al ingeniero alemán Germán Ebbinghaus.

Siete años después de su creación, sus trabajadores se sindicalizaron "con el fin de canalizar las inquietudes de sus miembros" (Papeles Cordillera. Sindicato de Trabajadores no. 1. Memoria histórica del Sindicato Papelero, p. 18). Buscando este mismo objetivo, en 1930 el sindicato fundó el periódico La Hora, cuyo primer número señaló que sería el "vocero de sus anhelos, un órgano de divulgación de sus actividades y un receptáculo acogedor de las aspiraciones de todos los elementos de nuestra colectividad".

Los asociados del sindicato tenían una serie de beneficios como la disposición de un local social para reuniones, el que fue cedido por la Compañía y estaba equipado de una "sala de billar y juegos, una cantina, una biblioteca, un comedor, una cocina, etc." (Reglamento del Sindicato Profesional de Empleados de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones de Puente Alto. Santiago: Imprenta Walter Gnadt, 1933, p. 3). Además, el sindicato disponía de fondos para ayudar a los empleados enfermos, financiar funerales de los empleados fallecidos, entre otros.

Para dar un lugar donde vivir a sus trabajadores, en 1933 la Compañía inició la construcción de la "Población Papelera", a la que le siguió la "Población La Granja". De acuerdo a Caupolicán Montaldo (1904-1960), Jefe de Bienestar Social de la Compañía, la Compañía además ofrecía a su personal "servicio médico y de prevención; estímulos al trabajo; estadios; colonias veraniegas; ayudas a escolares; ayudas por nacimientos; gota de leche", entre otros. (Itinerario Maipino, Santiago, 1942 p. 36).

Además, en 1935 el Departamento de Bienestar de la Compañía fundó el periódico Cooperación, para difundir entre sus empleados las actividades de recreación que estos realizaban, tales como el teatro (que ofrecía funciones durante los fines de semana para niños y adultos) y la Liga Deportiva. De esta última, cabe destacar el Club Deportivo Mataquito, el que fue fundado por los trabajadores papeleros en 1933 y "por muchos años estuvo siempre en los lugares de preferencia de los deportistas puentealtinos" (Quintana, Ayán. Provincia Cordillera, Santiago, 1996, p. 47).

Sin embargo, los beneficios que la Compañía ofreció a sus trabajadores también fueron criticados. En 1942, los parlamentarios discutieron en el congreso la situación que vivían los trabajadores de la población La Granja. Uno de ellos afirmó que la Compañía no cumplía con los compromisos que había adquirido con los obreros, pues estos no tenían agua potable, así como tampoco atención médica, escuelas ni teléfonos. El parlamentario señaló que "esta Compañía no tiene ningún derecho para observar esta conducta con sus obreros que la están enriqueciendo diariamente" ("Situación de obreros de la Cía. Manufacturera de Papeles y Cartones de Puente Alto. Petición de oficio". La Nación, 11 de junio de 1942, p. 16).

La importancia de la Compañía para la economía local y nacional ha sido reconocida. En 1942 Caupolicán Montaldo (1904-1960) afirmó que esta constituía "uno de los factores industriales más importantes de la nación" (Itinerario Maipino, p. 36) y de la que vivía cerca de la mitad de la población de Puente Alto.

En la actualidad, la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones es una sociedad de capitales privados, controlada por la familia Matte.