Subir

Casa de Socorro de Puente Alto

La Casa de Socorro de Puente Alto fue una institución de beneficencia orientada a brindar servicios médico-sociales a la población de Puente Alto. La Casa fue abierta al público en 1936, sobre un terreno donado por el filántropo Domingo Tocornal Matte. De acuerdo a una publicación de la municipalidad de Puente Alto, Tocornal creía que para alcanzar el progreso de su población, era necesario formar ciudadanos sanos y asegurarles una adecuada educación y orientación moral (Puente Alto: 1898-8 de enero-1948. Santiago, p. 51).

El primer director de la institución fue el médico Alejandro del Río (1867-1939). En un artículo publicado por la Asociación Chilena de Asistencia Social en 1936, Del Río presentó el reglamento provisorio de la Casa de Socorro, el cual estableció que su objetivo era "prestar servicios de medicina preventiva y curativa a la población y zona de Puente Alto, tanto al público general como a los asegurados de la Ley 4054" (La casa de socorro de Puente Alto, p. 10). Estos últimos eran los trabajadores de Puente Alto que estaban asociados a la Caja de Seguro Obrero Obligatorio, quienes fruto de un convenio entre esta y la Casa de Socorro, podían atenderse en dicha institución.

En la memoria de la Casa, correspondiente a 1937, su director presentó los resultados de los principales servicios ofrecidos durante ese año, entre los que se encontraban: medicina interna, pediatría, obstetricia, ginecología, cirugía, enfermedades venéreas, servicio dental y social. La Casa contaba también con una biblioteca, un servicio de primeros auxilios y un jardín infantil, donde las niñas y niños eran educados hasta comenzar la escuela primaria.

Estos servicios estaban a cargo de cuatro médicos especialistas, quienes presentaron en la memoria sus observaciones sobre el funcionamiento de sus respectivas secciones. El jefe de pediatría afirmó que el trabajo de la Gota de Leche era el principal servicio entregado por la sección. Esta tenía el objetivo de examinar a los recién nacidos e instruir a las madres en conocimientos de higiene y alimentación de sus hijos, quienes eran posteriormente visitados en sus casas por visitadoras sociales. Asimismo, durante 1937 la Casa de Socorro lideró una campaña para difundir este servicio entre la población obrera, y especialmente a los sindicatos de las fábricas de Papel y Tejido.

Una de las necesidades que los médicos de la Casa de Socorro identificaron durante ese año fue la atención médica de la población rural, debido a su alto grado de pobreza y a la dificultad que esta tenía para trasladarse a la institución. En la memoria, uno de ellos señaló que las niñas y niños de los fundos cercanos a la institución eran visitados en sus casas por los especialistas, "para disminuir el abandono de la población infantil de los campos" (Santiago: Impr. y Lit. Leblanc, 1938, p. 7).

En 1948, a más de veinte años desde que la Casa de Socorro había entrado en funcionamiento, la municipalidad de Puente Alto afirmó que esta, "por la elevada función social que desempeña", era un establecimiento modelo y uno de los mejores de Sudamérica (Puente Alto: 1898-8 de enero-1948, p. 51). Hoy en día, la ex Casa de Socorro de Puente Alto es un centro de salud pública que lleva el nombre de su primer director, Alejandro del Río.