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Revista “El Chuncho”

El Chuncho fue una revista satírica publicada en Puente Alto entre 1928 y 1931. Pese a que la mayor parte de sus números fueron firmados por "El Chuncho", el periodista, comerciante y dirigente deportivo Francisco Fuentes Hoffman ha sido reconocido como el creador de esta publicación.

De un total de sesenta y tres números publicados de El Chuncho, los tres primeros fueron escritos a máquina, mientras que los siguientes fueron impresos por la "Sociedad Periodística El Chuncho". Su tiraje, que osciló entre 200 y 1.500 ejemplares, fue considerado alto en relación a la cantidad de habitantes que en ese tiempo había en Puente Alto (cf. Municipalidad de Puente Alto. Puente Alto: 1898-8 de enero-1948. Santiago: Municipalidad de Puente Alto, 1948).

El objetivo de El Chuncho fue lograr el adelanto local de Puente Alto y ser un exponente de su progreso, publicando "lo malo y lo bueno" (n° 3, 8 de julio de 1928). Sus páginas incluyeron crónicas sobre la vida diaria de la comuna, caricaturas de sus principales personajes, ilustraciones sobre escenas cotidianas de Puente Alto, poesía, humor, noticias deportivas, vida social, entre otros.

La vida industrial de Puente Alto fue representada en las páginas de El Chuncho a través de ilustraciones de los trabajadores de las principales fábricas de la comuna; los "personajes fabriles". Uno de ellos fue Germán Ebbinghaus, el gerente de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, quien fue ilustrado en el número veinticinco de la revista y fue definido como "el patriarca de los obreros, el bueno de don Germán, es un gran papelero, caramba, si es alemán. Con su mirada celosa, las tres fábricas escudriña, la Esperanza, la Celulosa, pero la Victoria es su niña".

El Chuncho también denunció en sus números los problemas que vivían los habitantes de Puente Alto. En su número catorce, publicado el 13 de enero de 1929, denunciaron el alza de las tarifas del ferrocarril y el bus que conectaba a la comuna con Santiago. En el mismo número, sus redactores comentaron la disminución en el número de veraneantes que ese año visitó la ciudad. De acuerdo a ellos, esto se debió a "la falta de buenas habitaciones, a la insalubridad del pueblo, y a lo caro de la vida puentealtina".

Para celebrar la publicación del número cincuenta de la revista, los editores anunciaron que realizarían un número especial. En este, incluirían "avisos con fotografías de los principales establecimientos que prestigian el comercio puentealtino, de sus industrias, de instituciones sociales y deportivas, de las principales reparticiones públicas, y hermosos retratos de señoritas de la sociedad. En fin, queremos que en aquellas páginas de nuestra revista quede grabado todo cuanto de más interesante exista en el pueblo, y que sea el exponente de su cultura y progreso" (n° 48, 3 de mayo de 1930).

Mientras que en numerosas ocasiones los editores de la revista agradecieron su buena recepción, hubo también personas que se ofendieron por sus contenidos satíricos. Como respuesta, los editores de la revista señalaron ya en el segundo número que "sería mucho mejor que tomaran nuestras cosas tal como son, así como algo de fondo serio, revestido por una máscara de broma. El fondo es la verdad que entrecierran; verdad dicha sin mala intención, y con el solo objeto de corregir lo malo y aprobar lo bueno".