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“El Libro de los Espíritus” y su recepción en Chile

El Libro de los Espíritus fue escrito por el francés Allan Kardec (1804-1869), considerado como el maestro de esta doctrina. Su primera edición fue publicada en Francia el año 1857. Cinco años más tarde fue traducido del francés al español por personas cuya identidad se desconoce y publicado en Chillán. Desde allí esta obra se difundió hacia el resto del país y fue recibida de distintas maneras por la sociedad de la época.

Este libro jugó un papel importante en la propagación del espiritismo a nivel nacional, ya que Kardec compiló y definió en él su doctrina. Según el autor, el espiritismo "tiene por principios las relaciones del mundo material con los Espíritus o seres del mundo invisible. Los adeptos del espiritismo serán los espiritas o si se quiere los espiritistas" (El Libro…, p. 2).

La obra, estructurada en cuatro libros, abordó temas como la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus, las leyes morales y el porvenir de la humanidad. En la portada de la edición publicada en Chillán, se señaló que el libro fue escrito "según la enseñanza dada por los espíritus superiores por la intervención de diversos medios" (Allan Kardec. El Libro de los Espíritus. Imprenta Chillán, 1862).

Meses después de su publicación en Chile, el periódico El Porvenir, perteneciente a la misma imprenta, publicó un artículo refiriéndose a las críticas que la obra había recibido, especialmente por parte de la comunidad católica. De acuerdo a este medio, la publicación del libro tuvo el propósito de dar a conocer "una secta que se ha hecho célebre en estos últimos tiempos y no con el de imponer creencias a nadie". Asimismo, señaló que el traductor no tuvo la intención de "propagar herejías ni suscitar controversias religiosas ajenas del país en que vive" (El Porvenir, 23 de octubre de 1862, p. 2).

Los católicos también reaccionaron a la difusión de este libro. El 8 de noviembre de 1862 La Revista Católica publicó un Edicto Pastoral del obispo de Concepción, José Hipólito Salas (1812-1883), en el que condenó la obra. Según el obispo, el libro se hallaba "plagado de doctrinas contrarias a los dogmas más fundamentales de la fe y la moral cristiana" ("Pastoral del Ilustrísimo Señor Obispo de la Concepción condenando el libro titulado 'De los Espíritus', escrito por Allan Kardec". La Revista Católica, n° 748, p. 469). Asimismo, para que este edicto llegara a todos los miembros de la diócesis, el obispo ordenó que fuera publicado en las iglesias "en dos días de fiesta consecutivos a la hora de más concurso de los fieles" ("Pastoral…", p. 470).

Finalmente, entre los círculos espiritistas chilenos esta obra fue ampliamente difundida. Las revistas fomentaron su lectura para conocer la parte teórica de la doctrina, y su importancia para la difusión del espiritismo fue reconocida por sus líderes nacionales. En 1904, durante la velada literario-musical que organizó el "Centro de Estudios Psíquicos Eduardo de la Barra de Santiago" en honor al centenario del nacimiento de Kardec, uno de los asistentes pronunció un discurso donde afirmó que hasta la aparición de este libro, el espiritismo "no había poseído más que elementos esparcidos, sin coordinación, y cuyo alcance no había podido ser comprendido de todo el mundo" (A dónde vamos?, n° 21, 1904, p. 262).