En 1876, el sacerdote jesuita argentino José León ofreció un ciclo conferencias en el Colegio San Ignacio de Santiago, en las que criticó al espiritismo frente a cientos de asistentes. En relación a la concurrencia de estas conferencias, el 8 de julio de 1876 el periódico El Estandarte Católico señaló que debido al gran número de personas que había asistido y la limitada capacidad del colegio, desde ese momento el ingreso sería con tarjetas.

Esta fue una de las ocasiones en las que el espiritismo salió del ámbito privado para desenvolverse en el espacio público (cf. Muñoz, Yerko. "Espiritismo y espiritistas en Chile: de la secularización a la 'otra lógica'". Revista Sociedad y Cultura, n° 1, 2014; pp. 63-81). También fue de carácter público el debate que se desarrolló a partir de estas conferencias entre el padre León y los espiritistas, quienes fueron liderados por el profesor del Instituto Nacional Francisco Basterrica.

La prensa fue otro soporte utilizado por los participantes de este debate para exponer sus argumentos. En julio de 1876 El Estandarte Católico publicó a lo largo de varios números un artículo titulado "Controversia espiritista", en el que respondió a discursos pronunciados por Francisco Basterrica, donde defendió a la doctrina espiritista. Los autores del artículo afirmaron que pese a que no consideraban que las palabras de Basterrica pusieran en peligro a la fe, dedicarían el artículo a refutar el principio espiritista sobre la reencarnación de las almas, el que consideraron inadmisible, falso y absurdo. Para ellos, "el tránsito de una alma a otro cuerpo distinto de aquel para el cual fue creada es contrario a la naturaleza" ("Controversia espiritista". El Estandarte Católico, 7 de julio de 1876, p. 2).

Por otro lado, en un documento publicado en 1876 y titulado Conferencias entre los espiritistas i los jesuitas en el colejio de San Ignacio, Basterrica rebatió los argumentos planteados por el padre León en estas conferencias. Principalmente, aquel relacionado con la negación de la preexistencia de las almas. De acuerdo a Basterrica, este era el asunto "más grave que puede presentarse en estas conferencias" (Santiago: Imprenta de Santiago, p. 3).

Luego de varios años de ocurrida esta disputa, en 1902 la revista espiritista A dónde vamos? volvió a referirse a ella. En sus dos primeros números publicó un artículo titulado "El espiritismo y los jesuitas", donde elogió el desempeñó de los espiritistas en este debate y calificó de "inaceptables" las conclusiones deducidas por el padre León.