Subir

Sección “Los nuevos” de Claridad

En sus primeros años, Claridad tuvo algunas secciones fijas, como "El Cartel de hoy" que correspondía a la portada de la revista; "Vida obrera" o "Crónica obrera" que presentaba noticias acerca de la organización de los obreros en Chile o en otros países; "Kodak", columna de breves artículos sobre algún acontecimiento de la semana en el país o en el mundo; "Diccionario", sección que, a partir de una letra del abecedario, dio cuenta de la definición de algún concepto, desde la visión anarquista; y la sección "Los nuevos", en la que se reseñaba la obra de algún un escritor o escritora en cada número de la revista.

La sección "Los nuevos" apareció entre octubre de 1920 y febrero de 1921 y se publicó de manera continua desde el número 1 al 13 de Claridad. Fue el espacio literario de difusión de la revista y tal como indica su nombre, los escritores que aparecieron eran jóvenes y se estaban haciendo recién conocidos en la escena cultural nacional.

Según Raúl Silva Castro (1903-1970), recordando en 1964 a Claridad, el medio "prestó amparo, desde la primera hora, a los conatos de los escritores más jóvenes". Sin embargo, indicó que la sección "Los nuevos" fue la expresión de una intención "mucho más orgánica" de Claridad de dar a conocer a los escritores más jóvenes, propósito para lo cual fue necesario "la creación de una sección especial" (Silva Castro, Raúl. Pablo Neruda. Santiago: Universitaria, 1964, p. 30).

La columna consistía generalmente en una reseña de la escritora o escritor que presentaba, algunas de sus obras o fragmentos de ellas y, generalmente, un retrato. En algunas ocasiones, esa reseña incluía también un análisis panorámico del momento literario chileno que servía para contextualizar al artista en cuestión.

Por ejemplo, en el artículo dedicado a Juan Egaña, Oscar Segura Castro, bajo el seudónimo de Juan Agustín Araya, expresó que, en ese momento, la literatura experimentaba una crisis creativa. Así, Segura Castro estableció un contraste entre la poesía de Egaña y otros escritores del momento, quienes, por el "afán de exhibicionismo (…) deseleccionaron, despurificaron, podría decirse, el buen criterio que debió presidir sus publicaciones y produjeron en ellos una especie de infección mental, con catarro de versos y todo". Contrarios a este panorama, para el crítico, los versos de Juan Egaña "no son calculados: son pasta de su corazón, tamizados por un cerebro en el que canta quizás qué antepasado". También, indicó que Egaña contaba con una "doble y fuerte personalidad" en lo poético, pues era capaz de crear poemas de corte amoroso a la vez que su pluma mostraba su posición crítica respecto a los problemas sociales: "No es el poeta llorón que babea y babea versos a la amada, en los que Dios y la eternidad, el azul y el pálido no faltan, sino el hombre de carne y hueso, de alma grande y de gran corazón, el pensador que puede llorar sus ternuras más dulces a la amada, pero que no por esto se elimina del deber civil de luchar con todas sus fuerzas por los problemas que hoy agitan a la humanidad en la más luminosa de las luchas" (Segura Castro, Oscar. "Los nuevos". Claridad. Número 3, 1920, p. 4).

Trece fueron los escritores que aparecieron en "Los nuevos": José Domingo Gómez Rojas (1896-1920), Félix Armando Acuña, Juan Egaña (1896-1928), Alejandro Vásquez, María Villagrán, Víctor Barberis C., Alberto Moreno, Arturo Zúñiga Quilodrán, Miriam Elim (seudónimo de María Preuss), Armando Ulloa Muñoz (1899-1928), Joaquín Cifuentes Sepúlveda (1899-1929), Pablo Neruda (1904-1973) (seudónimo de Neftalí Reyes) y José Santos González Vera (1897-1970).

El número 7 de Claridad presentó una variante de la publicación, pues la sección se tituló "Los Muertos", columna dedicada a Alberto Moreno, quien falleció en 1918, poeta que tuvo vinculación con redactores y colaboradores de Claridad y fue uno de los fundadores de la revista Numen (1918-1920).

Si bien el énfasis del medio fue dar a conocer a escritores jóvenes, también "Los nuevos" fue una ventana para críticos literarios en formación, como fue el caso de los estudiantes Raúl Silva Castro, bajo el seudónimo de Fernando Ossorio, y Roberto Meza Fuentes (1899-1987).