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Reaparición de Claridad (1931-1932)

En 1931, luego de casi cinco años de pausa, Claridad volvió a publicarse. Este cese se produjo, principalmente, porque durante la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960) varias publicaciones se vieron forzadas a cerrar por sus tendencias políticas.

En 1925 ya se mostraban indicios de restricciones para los medios, año de la promulgación del Decreto de Ley número 425, "Sobre abusos de publicidad" que indicaba la creación de un registro de prensa escrita, que le otorgaba "herramientas al gobierno para sancionar la disidencia política por la vía legal, pero manteniendo como principio fundamental la libertad de expresión" (Donoso, Karen. "Las mordazas a la prensa obrera. Los mecanismos de la censura política en Chile, 1919-1925". Izquierdas. Número 28, julio de 2016, p. 220). En términos específicos, este decreto exigía la identificación de las publicaciones nuevas y antiguas, su periodicidad, los nombres de su director y propietario, así como el lugar de impresión, datos que debían enviarse al intendente. Sin embargo, durante el gobierno de Ibáñez, los intendentes intensificaron esta restricción, involucrando a la policía en la recopilación de estos antecedentes (Donoso, Karen. "Los zarpazos del león": la censura política contra la prensa en el segundo gobierno de Arturo Alessandri. Chile, 1933-1938". Revista Tiempo Histórico. Número 12, 2016, p. 109).

Sumado a este registro, "toda la prensa de carácter anarquista y comunista" fue clausurada, lo que condujo al "paso a la clandestinidad de los impresos de crítica y oposición al régimen, siendo el tema de las 'proclamas subversivas' una preocupación permanente del ibañismo". En el caso de Claridad, que expresó abiertamente su cercanía al anarquismo, su cese se dio en 1926 (Donoso, p. 113).

En agosto 1931, Claridad reinició su publicación manteniendo el formato utilizado desde el número 121, publicado en 1924, y sus lineamientos continuaron influenciados por tendencias anarquistas.

Su reaparición estuvo marcada por una crítica abierta a la dictadura de Ibáñez. Su primer número -la edición 136- dedicó varios artículos de análisis y reflexión respecto a este periodo y sus alcances. Por ejemplo, la portada incluyó el artículo "Cuidado con nosotros!", en el que Gaspar Ruiz, con ironía y utilizando la perspectiva de un militar que se expresa por los suyos, sostuvo en tono de advertencia: "Mucho cuidado con nosotros. Somos la disciplina, somos la fuerza organizada y militante, en bloque tan compacto que a una sola voz nos movilizamos como un enorme y gigantesco cuerpo vivo" (Claridad. Año 8, número 136, p. 1).

En el número 138 apareció el artículo "Claridad", que funcionó como una declaración respecto al devenir de la revista y al rol que debía cumplir como un medio que serviría de guía -otorgando claridad- a sus lectores: "Nuestra revista reanuda su contacto con el público. En esta hora de conturbación y de incertidumbre nos habría parecido pecado esquivar nuestro esfuerzo. Cada cual, según su medida, debe sentirse responsable de lo que ocurre en el mundo y debe ayudar a abrir las nuevas rutas de vida. Conforme a su tradición. (…) Destinada a un medio social que sufre de desorientación, procurará ser una revista de juicios y de opiniones, y mantenerse tan libre de la información anodina como del ensayo académico y estéril" ("Claridad". Claridad. Año 8, número 138, p. 2).

A pesar de esta declaración, el resurgimiento de la publicación durante esta segunda etapa alcanzó solo cinco números, desde el 136 al 140. En su última edición, en honor de uno de los redactores de la revista recientemente fallecido, el medio anunció la creación del "Premio Juan Gandulfo", otorgado al "mejor artículo, de tendencia social", así como también se informaba acerca de la aparición de un próximo número que no se publicó (Claridad. Año 9, número 140, p. 6).