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Rebeldías líricas (1913)

En 1913, apareció el único libro publicado en vida por José Domingo Gómez Rojas, Rebeldías líricas, poemario que marcó la recepción posterior de su obra y de su figura como un escritor comprometido con la "superación moral, intelectual y material de quienes le rodeaban y del perfeccionamiento de su propia vida" (Alburquerque Fuschini, Germán. "Gómez Rojas, el Cristo de los poetas". Derecho y Humanidades. Número 7, 1999, p. 6).

Rebeldías Líricas abrió sus páginas con el texto "A mis compañeros en el arte", que funcionó como dedicatoria y un discurso de presentación del autor ante el colectivo de artistas que pertenecían al "Parnaso hispano-americano" -como los nombró Gómez Rojas- y del cual con este libro se proponía ser parte (Rebeldías líricas. Santiago: Imprenta París, 1913, p. 5).

Si bien en esta exposición inicial Gómez Rojas indicó que tales poemas correspondieron a su "primera cosecha literaria", el escritor ya había publicado composiciones poéticas en El Heraldo Cristiano, publicación de la Liga Metodista Episcopal de la Costa del Pacífico, durante 1912, año en que también habría escrito su libro Rebeldías líricas (Sabella, Andrés. "Síntesis de José Domingo Gómez Rojas". Gómez Rojas, José Domingo. Rebeldías líricas. Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, 1940, p. 19).

En línea con su apelación en "A mis compañeros en el arte", parte importante de los poemas de Rebeldías Líricas incluyeron dedicatorias a intelectuales del periodo, como Samuel A. Lillo (1870-1958) y otros escritores que, al igual que Gómez Rojas, se estaban abriendo paso en estos años en la escena literaria, como Benjamín Oviedo Martínez, Alfredo Guillermo Bravo (1890-1941), Sady Zañartu Bustos (1893-1983) y Manuel Rojas (1896-1973).

Respecto a su recepción, Rebeldías líricas ha sido valorado por la crítica literaria a partir de su contenido de carácter social. Así, a pesar de que algunos críticos consideraron que esta obra era "la de un principiante, exaltado, en bruto, excesivamente personal", Iván Droguett durante la década de 1970 hizo énfasis en la forma de tocar el problema social por intermedio de una poesía "grandilocuente, pseudofilosófica, de verdad estremecida", que "se cualifica en su sinceridad" ("José Domingo Gómez Rojas, poeta crepuscular". Aisthesis. Número 5, 1970, p. 137-138).

Para el escritor Andrés Sabella (1912-1989), quien en varios momentos del siglo XX revisó y recuperó la obra de Gómez Rojas, en este libro el joven autor "expresó su protesta, caliente y valiente, por la explotación del hombre por el hombre, estableciendo, en su canto, el andamiaje de una nueva sociedad" ("Síntesis de José Domingo Gómez Rojas". Gómez Rojas, José Domingo. Rebeldías líricas. Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, 1940, p. 14).

Varias de las composiciones de Rebeldías líricas presentaron esta crítica hacia "la explotación del hombre por el hombre". Así, por ejemplo, en "Exhortación", se propone a la humanidad "una mirada retrospectiva a la historia en su serie de fracasos e injusticias" (Droguett, p. 140): "Detente Humanidad, detén tu raudo paso / y contempla tus luchas, tu esfuerzo, tu fracaso, / y si tu frente erguida con regias majestades / inclinas al sepulcro de pasadas edades: / oirás un gemido, un doloroso llanto / que resuena en los siglos, que te helará de espanto / y muda quedarás, encogerás los hombros / y ceñirán tu frente los pálidos asombros" (Gómez Rojas, José Domingo. "Exhortación". Rebeldías líricas, Santiago, Chile: Imprenta París, 1913. p. 23).

Durante el siglo XX, Rebeldías líricas fue nuevamente editado, aunque con cambios respecto al libro de 1913. La segunda versión del texto fue publicada por Lux, editorial del grupo universitario homónimo que estuvo a cargo del escritor y amigo de Gómez Rojas, Roberto Meza Fuentes (1899-1987). Además de incluir parte de los poemas del texto de 1913, también se integraron composiciones que el joven estudiante había escrito en la Cárcel de Santiago.

Esta edición apareció en un escenario político álgido, pues se publicó luego de la muerte de Gómez Rojas y buscó homenajear al poeta y denunciar al gobierno del presidente Juan Luis Sanfuentes (1858-1930) como responsable del fallecimiento del poeta.

En 1940 se publicó una tercera edición de Rebeldías Líricas, a cargo de Andrés Sabella, libro en el que, además de incluir las composiciones de 1913, también se publicaron poemas inéditos, textos poéticos en elogio al escritor y documentos publicados en 1920 a propósito de la muerte del joven estudiante. Esta nueva publicación de Rebeldías Líricas fue la culminación de un estudio que Sabella ya había comenzado en antologías previas: Gómez Rojas. Realidad y símbolo (1937) y Popularización de Gómez Rojas (1940).