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Daniel Vásquez, seudónimo de Gómez Rojas

Daniel Vásquez fue el seudónimo que usó José Domingo Gómez Rojas para firmar parte de su obra luego de la aparición de Rebeldías Líricas en 1913, único libro que publicó en vida. Póstumamente, algunas de sus producciones que salieron a la luz en medios periódicos y otras de carácter inédito fueron recopiladas en antologías, como el trabajo de Andrés Sabella (1912-1989) en los libros Popularización de Gómez Rojas y Gómez Rojas: realidad y símbolo, editados durante las décadas de 1930 y 1940.

Como Daniel Vásquez, Gómez Rojas colaboró en 1916 en el primer número de Los Diez, revista del grupo homónimo, en la que aparecieron sus poemas "Divinidad", "Éxtasis" y "Miserere".

En el texto que abrió la primera entrega de Los Diez y que funcionó como una declaración de principios de la publicación, la revista se planteó como propósito ser "un portavoz completo, serio y digno, de todos los que en Chile se dedican, por imperiosa necesidad de espíritu y con nobleza artística, a producir obras de calidad" ("Los Diez". Los Diez. Número 1, 1916, p. 2)

Al año siguiente, también con el seudónimo de Daniel Vásquez, Gómez Rojas fue uno de los poetas reseñados en Selva Lírica, antología a cargo de Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya que "quiso ser, a un mismo tiempo, dos cosas. Primero, una antología, y claro está que desde este punto de vista es de gran valor. Pero, además pretendió en su momento, ser un estudio sobre las letras chilenas, tal vez una definición de la poesía chilena" ("Reedición de Selva Lírica". Patrimonio cultural. Número 2, 1995, p. 18). En este libro se incluyeron los poemas "Divinidad" y "Miserere", que ya habían aparecido en Los Diez, y también aparecieron "Motivo", "Ars", "Ruego" y "Elegía".

Para Maximiliano Astroza-León, la aparición de Gómez Rojas en la revista del grupo Los Diez fue un hecho que consagró al autor "como un escritor de alto vuelo, reconociendo sus conocimientos de literatura y artes, pues debemos tener en cuenta que el 'Grupo' constituía uno de los referentes intelectuales más importantes, una verdadera vanguardia artística del criollo movimiento literario" ("Rebeldía y Libertad. Sobre José Domingo Gómez Rojas". Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas, 2010, p. 8, recuperado de Grupo Gómez Rojas.org).

Así también, la inclusión de Gómez Rojas en la antología Selva Lírica fue uno de los acontecimientos que abrieron paso al joven escritor en la escena literaria de la segunda mitad de la década de 1910. En el libro, se le situó como uno de los continuadores del movimiento modernista y, junto a Luciano Morgad, Alberto Valdivia (1894-1938), Juan Egaña (1896-1928) y Raimundo Echevarría Larrazábal, como integrante de un grupo de poetas "casi anónimos, pero más sinceros, más exquisitos y menos discutibles que muchos de los que se afanan en publicar sus 'cosas' en revistas aparentemente literarias" (Molina Núñez, Julio. "Introducción". Selva Lírica. Santiago de Chile: Soc. Impr. y Litogr. Universo, 1917, p. XIV-XV).

Manuel Rojas (1896-1973), en una crónica en la que recordó su amistad con José Domingo Gómez Rojas, expresó que el poeta habría preferido mantener "en secreto" la relación entre su producción como escritor y la de Daniel Vásquez. Así, según el relato de Rojas, Chumingo -nombre con que se refería a su joven amigo- "inventó un poeta: Daniel Vásquez, a quien adjudicó la paternidad de las poesías que fue escribiendo. Las leía por ahí o las recitaba, causando sensación; era en realidad, una voz interesante en la poesía de ese tiempo" ("Recuerdos de José Domingo Gómez Rojas". Babel. Tomo 7, número 28, julio-agosto de 1945, p. 27-28). Esta identidad se mantuvo en cierto anonimato -pues algunos de sus cercanos sospechaban que se trataba de la misma persona- hasta que la revista Los Diez escribió una nota aclaratoria en la que se indicó la correspondencia entre ambas identidades: "A la pregunta que se nos dirige respecto a la paternidad de 'Miserere', contestamos que Daniel Vásquez es el seudónimo de Domingo Gómez Rojas" ("Aclaración". Los Diez. Número 4, 1917, p. 361). Aclaración que el joven escritor habría tomado con "gran disgusto" (Rojas, p. 28).

Respecto a las razones por las que Gómez Rojas habría preferido mantener diferenciadas las producciones con su nombre de las publicadas con su seudónimo, Manuel Rojas indicó que habría obedecido a un cambio en el tono de los poemas del autor desde su "revolucionarismo" en Rebeldías Líricas a "un fuerte aunque un tanto vago misticismo". Considerando esta transformación de su poética, para la interpretación de Manuel Rojas, en esta nueva producción se "hablaba de asuntos y emociones que no habrían interesado a los auditores de sus primeros versos, aquellos honrados y duros carpinteros, pintores, zapateros, albañiles o talabarteros que no tenían tiempo ni ganas de pensar en otra cosa que no fuese la revolución social" (p. 27).

En línea con esta interpretación, Fabio Moraga Valle y Carlos Vega Delgado también han considerado que el uso del seudónimo "Daniel Vásquez" correspondió a un cambio en la poesía del autor hacia una escritura más "nihilista y elegíaca", en la que se privilegiaban los tópicos de la "locura y la muerte". Esta transformación la han atribuido a la influencia de Nietzsche en el autor y también a un hecho de la vida privada de Gómez Rojas, el fallecimiento de su hermano Manuel en 1916, lo que lo habría inclinado hacia el asunto de la muerte. Así, para estos investigadores, Gómez Rojas "ideó una estratagema para no tener que dar mayores explicaciones a su auditorio acerca del cambio que estaba sufriendo. En una de sus tantas actitudes, quizá histriónica o de dualidad psicológica, creó un poeta incógnito al que llamó Daniel Vásquez, bajo el cual se ocultó por algún tiempo. Esto le evitaba justificarse influenciado por tendencias que no tenían mayor conexión, pero que en él se presentaron de forma natural ("José Domingo Gómez Rojas". Gómez Rojas, José Domingo. José Domingo Gómez Rojas: vida y obras. Punta Arenas: Edit. Ateli, 1997, p. 22-24).