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La Brisa de Chile (1875-1876)

Publicado en San Felipe, el primer número de La Brisa de Chile apareció el 26 de diciembre de 1875, constaba de ocho páginas y prometía aparecer cada domingo a un precio de 10 centavos. Bajo el título llevó la leyenda "Periódico literario de la juventud", con un temario que incluía "literatura, ciencias, artes, moda, música, variedades", además de consignar que contaría con ilustraciones trimestrales de "retratos y vistas fotográficas".

Los directores del periódico fueron Daniel Caldera del Villar (1852-1896), Luis Rodríguez Velasco (1838-1919) y Raimundo del R. Valenzuela (1855-), quien tenía a su cargo la sección "Revista de San Felipe", que firmaba bajo el seudónimo de "Vicentillo Quitapesares" (Ramírez, Verónica, Romo, Manuel y Ulloa, Carla. Antología Crítica de mujeres en la prensa chilena del siglo XIX. Santiago: Cuarto Propio. 2017, p. 50).

Si bien la dirección del periódico estuvo a cargo de escritores e intelectuales vinculados al liberalismo, a lo largo de sus siete números, el periódico se dirigió específicamente al grupo de sus lectoras, suscriptoras y colaboradoras. En su prospecto, se anunciaron los objetivos principales de la nueva publicación: "Desarrollar el gusto por la literatura y el estudio" y "mejorar la condición de vida de las mujeres, especialmente de las jóvenes (…). En esta caracterización de los objetivos del periódico, los editores expresan un objetivo político (la condición de las mujeres) y un objetivo estético (la amena literatura). Independiente de si esa doble operación tendía a una razón más fuertemente política o más fuertemente literaria, ambas opciones son igual de rupturistas pues tanto la política como la literatura eran campos vedados a las mujeres" (Ulloa Inostroza, Carla. "Lucrecia Undurraga y el periodismo liberal de mujeres en el Chile decimonónico: La Brisa de Chile (1875-1876) y La Mujer (1877)". Escritoras chilenas del siglo XIX. Su incorporación pionera en la esfera pública y el campo cultural. Santiago de Chile: Ril editores, 2017, p. 121).

La aparición de este periódico fue celebrada por algunas intelectuales del tiempo como Lucrecia Undurraga (1841-1901), quien publicó en sus páginas la narración Los ermitaños del Huaquén. Tradiciones populares del norte de Chile, su prima Enriqueta Solar o María Luisa Cerna. Esta última aprovechó las páginas de la publicación para exponer, en el artículo "A las sanfelipeñas", que La Brisa de Chile era una: "¡Noble causa! Noble proyecto que encontrará decididos protectores en todo hombre ilustrado que trabaje por el adelanto" (La Brisa de Chile. Número 1, 26 de diciembre de 1875, p. 2).
Junto con secciones de cartas, novelas y textos editoriales, La Brisa de Chile dio espacio a ensayos que abordaron la condición de las mujeres, como "Educación moral de la juventud" de Enriqueta Courbis o "Reflexiones sobre la educación pública de la mujer en Chile" de Eduvijis Casanova de Polanco.

Además de Enriqueta Solar, Lucrecia Undurraga, María Luisa Cerna, Enriqueta Courbis y Eduvijis Casanova, La Brisa de Chile contó con la participación de Rosario Orrego (1831-1879), su hija Regina Uribe Orrego, Dolores L. Guevara y Victoria Cueto.