Subir

Casa Mercancía

La inversión privada en vivienda data de finales del siglo XIX cuando benefactores de la alta sociedad, como por ejemplo Juana Ross, financiaron proyectos de vivienda obrera o popular. El siglo XX, sin embargo, estuvo marcado por la intervención estatal en programas de construcción de habitaciones para estos sectores de la sociedad, mientras que la inversión privada se dirigió hacia la creciente clase media. Durante la dictadura, un cambio mayor en la configuración de las políticas habitacionales fue el retiro del Estado como actor principal en la producción de vivienda popular, y su lugar fue ocupado casi exclusivamente por empresas privadas. La exclusión de lo público abrió la oportunidad para un negocio que, hasta hoy, ha generado resultados dispares. Algunos ejemplos notables -que no sólo proveen viviendas, sino que también revitalizan la ciudad- se contrastan con casos donde el suelo se ha multiplicado sin consideración con el entorno ni sus habitantes. Aún así, la masividad de este modelo de prosperidad individual ha definido la imagen característica de la ciudad chilena en las últimas décadas.

  • Torres de Tajamar: Construido entre 1962 y 1967, este complejo de viviendas y comercio fue uno de los primeros experimentos, con financiamiento privado, de vivienda en altura destinada a sectores medios. Los exteriores de las cuatro torres, de 11, 15, 18 y 27 pisos, tienen los mismos materiales (hormigón gris, cerámica blanca y vidrio), lo que permite entenderlas como un conjunto. Dos plazas cuadradas aseguran el sentido de comunidad y pertenencia, integrándose a la ciudad. El giro a 45º respecto de la trama urbana le otorga a este conjunto un sentido escultórico, como remate urbanístico del parque Balmaceda.
  • Milagro para un DFL2: Como una forma de reactivar la economía, en 1959 el presidente Jorge Alessandri firmó el Decreto con Fuerza de Ley 2 -más conocido como DFL2- que ofreció una serie de exenciones tributarias a las empresas constructoras y a los compradores de las viviendas. Este decreto se aplicó a las llamadas "viviendas económicas", una categoría que incluía viviendas de hasta 140 m2. De esta forma, el DFL2 favoreció a las clases medias acomodadas y activó la construcción de nuevos barrios en comunas de altos ingresos.
  • Acción Vivienda Digna: La reciente explosión de los precios de la vivienda en Santiago ha hecho cada vez más difícil acceder a una propiedad. La estrategia de las empresas inmobiliarias para hacer viviendas más asequibles no ha consistido en bajar el margen de ganancias, sino la superficie de los departamentos, llegando incluso a extremos como los 17 m2 por departamentos nuevos, superficie que es menor a la de una "mediagua". Esta intervención urbana, realizada por un colectivo anónimo de arquitectos y estudiantes de arquitectura en el marco de las protestas sociales de octubre y noviembre de 2019, busca hacer visible el extremo perverso al que puede llegar la lógica inmobiliaria como proveedora de viviendas.

    Minisitio desarrollado en colaboración con Centro Cultural La Moneda en el marco de la exposición Casa Chilena. Imágenes domésticas.