Subir

Antecedentes de la formación del movimiento literario de 1842

El Movimiento Literario de 1842 promovió las ideas de la literatura como un medio para la construcción de la nación y del intelectual como el llamado a participar y liderar tal tarea. Sin embargo, esta idea no apareció de forma espontánea por parte de los distintos sujetos que conformaron el grupo, sino que se produjo por un conjunto de hechos que posibilitaron la emergencia del movimiento: "El momento era sin duda propicio para vientos renovadores pues el sistema portaliano había asentado las bases de un estado republicano, asimilándolas y adaptándolas para que pudieran coexistir pacíficamente con las estructuras de una sociedad tradicional. 1842 puede ser considerado, desde este punto de vista, como un momento fundante, no solo de un grupo intelectual, sino también del sentir nacional" (Stuven, Ana María. "La generación de 1842 y la conciencia nacional chilena". Revista de Ciencia Política. Volumen 9. Número 1, 1987, p. 61).

En relación con el contexto político, el Movimiento Literario surgió durante el primer gobierno de Manuel Bulnes Prieto (1799-1866), periodo que se caracterizó "por una conciencia nacional impregnada de visiones triunfalistas que había surgido después de la victoria bélica contra la Confederación Perú-Boliviana". A este clima de tranquilidad política -que José Victorino Lastarria (1817-1888) calificó como un momento de "paz" en su Discurso de incorporación a la Sociedad Literaria-, se sumó un ambiente de prosperidad económica debido a la actividad minera de Chañarcillo (Stuven, Ana María en Figueroa, Ana Beatriz. El rol del intelectual en la configuración del Estado: Movimiento Literario de 1842 y los encuentros de escritores latinoamericanos de la Universidad de Concepción (1858-1862). Tesis para optar al grado de Doctora en Filosofía. Rutgers The State University of New Jersey - New Brunswic, 2014, p. 52-53).

La estabilidad política y económica de inicios de la década de 1840 fue el marco en el que surgió el Movimiento Literario, pero cuyo surgimiento no explicaría del todo, pues fue también relevante la labor formativa y la influencia de intelectuales extranjeros que llegaron a Chile entre 1828 y la década de 1840, como el venezolano Andrés Bello (1781-1865), los argentinos Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y Vicente Fidel López (1814-1903), el colombiano Juan García del Río (1794-1856) y el español José Joaquín de Mora: "Ellos se convertirán en centro movilizador y educador de los jóvenes chilenos" (Figueroa, Ana Beatriz. El rol del intelectual en la configuración del Estado: Movimiento Literario de 1842 y los encuentros de escritores latinoamericanos de la Universidad de Concepción (1858-1862). Tesis para optar al grado de Doctora en Filosofía. Rutgers The State University of New Jersey - New Brunswic, 2014, p. 48).

En el caso particular de Bello y De Mora, estos intelectuales tuvieron un rol fundamental en el ámbito formativo de varios de los integrantes del Movimiento de 1842. Bello fue profesor en el Instituto Nacional y fundó el Colegio de Chile y, por su parte, el intelectual español fundó el Liceo de Chile, instituciones que sentaron las bases educativas de los miembros del grupo de 1842.

Por su parte, para Norberto Pinilla, investigador del movimiento, el rol de Sarmiento es especialmente destacable pues contribuyó en la reflexión sobre la construcción de una literatura nacional. En la crítica que realizó el escritor argentino en El Mercurio de Valparaíso al poema "Incendio de la Compañía" de Andrés Bello, reflexionó sobre la falta de poetas en Chile: "Con motivo de estos versos, nos sentimos llamados a observar un hecho que no deja de causarnos alguna impresión, tal es la rareza de los honores que entre nosotros se tributan a las musas. ¿Por qué son tan tardías y tan contadas las ofrendas que se presentan en sus altares? ¿Será cierto que el clima benigno sofoca el vuelo de la imaginación, y que Chile no es tierra de poetas? ¿Falta acaso instrucción suficiente para pulsar con acierto las doradas cuerdas?" (Sarmiento, Domingo Faustino. Obras Completas. Tomo I. Buenos Aires: A. Belin Sarmiento,1900, p. 86). Sarmiento descartó estas ideas y sostuvo que la razón de este vacío no se debía a una falta de talento o formación, sino que a "una especie de encogimiento y cierta pereza de espíritu" de la juventud "que le hace malograr las bellas dotes de la naturaleza y la buena y sólida instrucción que ha recibido. Si el pueblo en general no gusta mucho de la poesía, es porque nada se hace para hacer nacer la afición a este género de literatura" (p. 87).

Tanto en este artículo como en otros posteriores que publicó en El Mercurio de Valparaíso, Sarmiento continuó "como torrente" haciendo ver "las necesidades culturales de Chile, en diversas formas". Por esta razón, Pinilla postuló que estos cuestionamientos del autor trasandino sobre el atraso de las letras chilenas y la falta de un impulso literario en el país pueden considerarse como un hito inicial de la reflexión y propuesta que liderará el Movimiento Literario de 1842 (Pinilla, Norberto. La generación chilena de 1842. Santiago de Chile: Editorial Manuel Barros Borgoño, 1943 p. 92).