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La novela según Joaquín Blest Gana

Joaquín Blest Gana (1832-1880) fue un abogado, político y escritor chileno. Colaboró en El Correo Literario (1858-1867), la Revista del Pacífico (1858-1861), la revista La Semana (1859-1860) y la Revista de Santiago (1848-1855) (Figueroa, Virgilio. "Joaquín Blest Gana". Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Tomo II. Santiago: Imprenta y Litografía La Ilustración, 1928, p. 228). En este último medio, durante 1848 y 1849, el intelectual expresó sus ideas respecto al estado de la novela contemporánea en Europa, así como su punto de vista en relación con el desarrollo de este género en Chile.

El primer artículo que Joaquín Blest Gana publicó en la Revista de Santiago fue uno dedicado Walter Scott (1771-1832), en el que lo posicionó como un escritor que había generado una revolución en el ámbito literario. Para Blest Gana, el valor de las novelas de Scott se debía, por un lado, a que "son un apéndice a la historia: asemejan a un vasto diccionario, en el que encontramos usada una palabra en acepción que nos era desconocida; o como dijo Byron, un tesoro literario completo del que no se separaría jamás (…). Con él podremos hacer un estudio completo del carácter peculiar de casi todas las naciones europeas, pues nos presenta ya el holandés flemático, el británico severo, el escocés leal, el irlandés ardiente" ("Walter Scott". Revista de Santiago. Tomo I, 1848, p. 156). Por otro lado, Scott en sus novelas "nos pinta la sociedad tal como es: sus vicios y sus virtudes, sus penas y sus placeres. No nos presenta esas excesas (sic) terribles, crapulosas, en cuya descripción se complacen la mayor parte de los romancistas contemporáneos que la consideran como una exagerada imitación del infierno" (p. 157). En este sentido, según la visión de Blest Gana, Scott presentó la realidad en sus novelas sin idealizarla, pero cuidando a la vez de no incurrir en descripciones que podrían generar rechazo en el lector.

El segundo artículo titulado "Tendencia del romance contemporáneo y estado de esta composición en Chile" tuvo un foco más amplio que el anterior, pues realizó un recorrido por el desarrollo de la novela desde sus orígenes en Asia hasta llegar al siglo XIX. No obstante, continuó con su propuesta respecto al carácter renovador de la "novela contemporánea". Blest Gana empleó este término y también "romance contemporáneo" en su texto "para diferenciarlo de los romances medievales o aventuras inverosímiles" (Subercaseaux, Bernardo. "Nacionalismo literario, realismo y novela en Chile (1850-1860)". Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. Año 5, número 9, 1979, p. 22).

En este texto, Blest Gana recuperó la idea que ya había planteado en su artículo anterior acerca de un cambio de la novela contemporánea en contraste con la de otros periodos, debido a que esta "nos pinta la sociedad en que vivimos, a diferencia del romance de los siglos pasados, que mendigando sus escenas en una vida bella, a la verdad, pero ideal y ficticia, o satirizando un defecto que entre nosotros no existe, o embotando el cerebro con la narración indigesta de inverosímiles aventuras o cansados amoríos, no puede inspirarnos un interés vivo y creciente como el romance contemporáneo del que podemos decir: es la exposición fiel del drama cuya acción tenemos que desempeñar un rol". En esa "exposición fiel" la novela, según Blest, tocó asuntos que antes no eran tratados y, de este modo, se alzó "desde su miserable condición de un mero entretenimiento a un fin más noble y grande": "La novela no es ya solo la razonada historia de las peripecias del corazón; es el animado memorándum, en donde se consigna el estado moral y material de la sociedad" ("Tendencia del romance contemporáneo y estado de esta composición en Chile". Revista de Santiago. Tomo I, 1848, p. 246-247).

Si bien observó de forma auspiciosa este "carácter reformista" de la novela contemporánea, en el caso de su estado de desarrollo de este género en Chile indicó que aún no tenía representantes ni obras en el país. Por el contrario, consideró que existían "embriones groseros, parodias informes, que no bellas producciones, chispas bastardas arrancadas del brillante foco, por mano inexperta o negligente: he aquí todo lo que en novela poseemos" (Blest Gana, p. 249).

En el segundo tomo de la Revista de Santiago, apareció el artículo "Causas de la poca originalidad de la literatura chilena", en el que Joaquín Blest Gana entregó algunas razones por las que explicó la falta de desarrollo de literatura en Chile, aspecto que ya había adelantado en su artículo anterior, aunque el problema lo abordó de manera más amplia considerando el caso de la novela y la poesía. Entre las causas que identificó, expresó "la carencia casi absoluta de un espíritu nacional", lo que se evidenciaba en una dependencia cultural: "Somos americanos y sin embargo de todo esto no pensamos, no discutimos, no obramos, no escribimos sino europeamente". Esto tendría como consecuencia que los escritores no acudieran a las "páginas de nuestra historia" para escribir literatura. Por lo tanto, hizo un llamado a volver sobre la historia y tradiciones nacionales (Blest Gana, Joaquín. "Causas de la poca originalidad de la literatura chilena". Revista de Santiago. Tomo II, 1848-4849, p. 59-63).

Para Subercaseaux, además del interés intrínseco de estos artículos, "lo sorprendente es que Joaquín Blest Gana tiene solo dieciséis años cuando las escribe. Se trata, por lo tanto, de ideas que están en circulación, que las comparten y discuten sus hermanos mayores" Guillermo (1829-1905) y Alberto Blest Gana (1830-1920), así como los otros intelectuales del momento que tuvieron como maestro a José Victorino Lastarria (1817-1888) y que colaboraron en la Revista de Santiago (p. 25). Estos artículos, así como otros discursos y ensayos que escribieron estos intelectuales liberales chilenos en este periodo, tienen en común un "anhelo orientador" del desarrollo de la literatura chilena, ideal continuador del impulso que dio Lastarria en su Discurso de incorporación a la Sociedad Literaria de 1842 (p. 21-25).