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Gladys Fairfield (1912)

En 1912, Alberto Blest Gana publicó su última novela, Gladys Fairfield, en Francia, lugar en el que el autor permaneció hasta su fallecimiento en 1920. La obra está dedicada a Carmen Bascuñán Valledor, su esposa, quien murió en 1911.

En Gladys Fairfield se presenta un "breve estudio de costumbres contemporáneas cuyo ambiente es la alta sociedad que veranea en Suiza y corre de país en país en busca de nuevas sensaciones. Los personajes son, sin embargo, en su mayoría, hispanoamericanos, a los cuales el autor conocía especialmente, y en la figura de Florencio Almafuerte, protagonista masculino de la novela, es fácil reconocer a Florencio Blanco Gana, hijo del almirante Blanco Encalada" y primo del autor (Silva Castro, Raúl. Alberto Blest Gana. Santiago: Zig-Zag, 1955, p. 330). La obra relata el conflicto amoroso entre Florencio, joven hispanoamericano, y Gladys Venturbridge, estadounidense. Ambos son adinerados y están casados con otras personas, por lo que la imposibilidad de su relación se presenta como asunto en el libro.

A partir de El loco Estero (1909) y Gladys Fairfield, la crítica ha hecho alusión a lo inesperada de la aparición de estas publicaciones considerando la avanzada edad del autor y la distancia temporal con su libro previo, Los Trasplantados (1904): Blest Gana "contaba ya, a la publicación de esa obra, setenta y tantos años, y transcurrieron algunos más sin que se imprimiera nada suyo. Pero he aquí que, con sorpresa general, publica a los ochenta años El loco Estero, recuerdos de la niñez (1910) [sic] y, con sorpresa mayor aún, dos años más tarde, Gladys Fairfield (1912)" (Astorquiza, Eliodoro. "Don Alberto Blest Gana". Atenea. Año XXXVII, número 389, 1960, p. 24).

La recepción de estas dos obras finales de Blest Gana ha sido disímil tanto en la cantidad de estudios críticos que las han abordado como en su valoración, siendo El loco Estero el libro mayormente analizado y elogiado. Alone (1891-1984), en un artículo publicado en El Mercurio en 1970, indicó que El loco Estero podía ser "acaso lo mejor que produjo como gracia y viveza tan típicamente chilena" (Alone, citado en Hosiasson, Laura. "Siete novelas de Blest Gana: una visión de conjunto". Revista Chilena de Literatura. Número 96, 2017, p. 238).

Gladys Fairfield ha sido mencionada en los estudios del autor a modo de dato como la última obra del escritor y, en general, no se analiza o se presenta algún comentario escueto. Por ejemplo, Ricardo Latcham (1903-1965) mencionó que este libro, "su postrera contribución imaginativa, emplea un argumento simple y nada añade a sus laureles" (Latcham, Ricardo. "Blest Gana y la Novela Realista". Anales de la Universidad de Chile, 1959, p. 46). Una excepción a esta valoración la ha expresado Eliodoro Astorquiza (1884-1934), quien indicó que "lo que más sorprende" en ambas obras de Blest Gana "es que nunca el novelista ha escrito cosas más jóvenes. Hay en ellas una frescura de imaginación, una nitidez de visión, una ligereza de estilo, una gracia que las colocan entre las más livianas y agradables, si no las más profundas, que han salido de su pluma (Astorquiza, p. 24).

Por abordar como tema la vida de personajes americanos en Europa, Hernán Poblete ha considerado que Gladys Fairfield es continuadora de Los Trasplantados (1904), pues "ambas cuentan la vida de los latinoamericanos y particularmente de los chilenos en Europa (París, en especial). Son las novelas que podríamos llamar de postguerra del Pacífico, y describen el fenómeno sociológico del 'nuevo rico' que va a adquirir lustre en Europa, al precio de la fortuna, de su honor y, en algunos casos, de la propia vida" ("Alberto Blest Gana: testigo social". Revista de Santiago. Número 1, 1981, p. 23).