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Crecimiento del comercio en Valparaíso durante la Colonia

Desde los inicios del proceso de conquista y colonización, la bahía de Valparaíso fue visitada por barcos que comerciaron diversos productos para el consumo entre los poblados del territorio de Chile. Debido a su localización y cercanía con la capital del reino, Pedro de Valdivia (ca. 1500-1553) lo nombró puerto abastecedor de Santiago en 1544, lo que le dio un lugar preponderante sobre otros puertos establecidos posteriormente, como el de Coquimbo, Talcahuano o Concepción.

Así, Valparaíso se convirtió el centro del comercio entre Chile y España, ya sea de manera directa o a través del puerto de El Callao en Perú. Desde el puerto chileno se enviaron hacia el Virreinato productos agrícolas, vino, cebo y cueros, madera y otras materias primas, mientras que se recibía ganado, yerba mate, productos manufacturados como paños, platería, muebles y otros enceres. Durante el siglo XVII fue normal, incluso, la comercialización de esclavos. Este comercio colonial se concentró principalmente entre los meses de diciembre y abril de cada año, ya que se aprovechaba las buenas condiciones del clima que favorecían la navegación regular de barcos españoles, franceses y el contrabando de embarcaciones holandesas y británicas (Ugarte Yávar, Juan de Dios. Valparaíso: 1536-1910. Recopilación histórica, comercial y social. Valparaíso: Imprenta Minerva, 1910, p. 94-98).

Un factor importante que ayudó al crecimiento del comercio entre Valparaíso y El Callao, fueron los viajes del piloto y expedicionario Juan Fernández (1528-1599) -de quien recibe el nombre el archipiélago-, quien, alejándose mar adentro, dejó la tradicional ruta costera hacia el sur que retardaba en tres meses el viaje entre ambos puertos, reduciéndolo a un solo mes al igual que el viaje en dirección al norte.

A inicios del siglo XVIII, España entró en conflicto con Francia durante la guerra de sucesión (1701-1714), lo que dio como resultado el paso del imperio de manos de la Casa de Habsburgo o Austria a la de los Borbón y la expulsión de los franceses del territorios españoles en Europa y de Ultramar, entre ellos, muchos comerciantes de esa nacionalidad avecindados en el puerto de Valparaíso, lo que generó un declive del comercio con otras naciones europeas y el monopolio de la corona española sobre el comercio chileno. Debido a este conflicto y otros relacionados con países europeos, como Gran Bretaña y Holanda, se propició también en Valparaíso el comercio ilegal, el contrabando y la piratería.

Además, durante ese mismo siglo se comenzó a exportar desde Valparaíso la mayor parte de la producción de trigo hacia el Virreinato del Perú, lo que propició el crecimiento del puerto chileno y lo convirtió paulatinamente en una ciudad eminentemente comercial, donde se construyeron bodegas y negocios dedicados a esa actividad. Esta fuerza comercializadora se consolidó en 1775 cuando la corona española liberó de derechos de exportación al trigo y la harina.

Durante el ciclo triguero se formaron en Valparaíso varias de las más importantes fortunas españolas y criollas, entre las que destacaron nombres como Joaquín de Villa Urrutia, Bernardo Luco y Aragón, Luis Manuel de Zañartu (1723-1782), José Santiago Portales y Larraín (1764-1835) y Bartolomé Álvarez de Toledo (1744-1813), comerciantes que se enriquecieron con el intercambio entre Chile y el Virreinato, sobre todo desde mediados del siglo XVIII (Ugarte Yávar, p. 100).

En 1778, en el contexto de implementación de las denominadas "reformas borbónicas" del rey Carlos III (1716-1788), se publicó el Reglamento de Libre Comercio entre España y las Indias, que facilitó los intercambios entre la metrópoli y las colonias, lo que descomprimió los mercados y permitió el libre acceso de los barcos por los puertos de Valparaíso y Concepción.

Posteriormente, el puerto de Valparaíso vivió una fuerte recesión, primero, por la guerra entre España y la principal potencia comercial europea, Gran Bretaña; y luego, con el estallido de la revolución francesa. Ambos acontecimientos afectaron el comercio entre el reino de Chile y Europa, manteniendo solo el intercambio con el Perú.

Hacia inicio del siglo XIX, Valparaíso se vio favorecido por la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, cuyos barcos mercantes comenzaron a llegar a los puertos de los océanos Pacífico y Atlántico luego de romper las barreras económicas que le imponía Gran Bretaña. Luego, el proceso independentista iniciado en 1810 y el decreto de libre comercio de 1811 promulgado por la Junta Provisoria de Gobierno liderada por José Miguel Carrera (1785-1821), permitieron el comercio con barcos mercantes británicos, franceses y norteamericanos, dándose así el inicio de una intermitente relación entre Chile y las potencias extranjeras, relación comercial que se consolidó tras el término de la Guerra de Independencia y la apertura económica del país en la década de 1820.