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Historia de Valparaíso

El auge comercial que tuvo Valparaíso durante el siglo XIX motivó a varios intelectuales chilenos a escribir sobre su historia, con un importante énfasis en su desarrollo como centro de intercambio comercial, clave para la economía nacional.

Uno de estos intelectuales e historiadores, fue Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), quien en 1869 publicó el primer volumen de su obra Historia de Valparaíso que constituyó la segunda parte de su trabajo como historiador urbano o de ciudades y la definió como un complemento de su Historia de crítica y social de la ciudad de Santiago (1869), nombrándolas como "historias gemelas". El segundo volumen fue publicado en 1872.

Para conformar esta historia de la ciudad-puerto, que abarca desde la fundación del poblado a inicios del proceso de conquista hasta los inicios de la República, Vicuña Mackenna utilizó documentos de archivo, crónicas coloniales, diarios y relatos de viaje, documentos eclesiásticos, informes militares, libros de época, documentos comerciales e incluso testimonios orales, lo que la convirtió rápidamente en un texto obligado de lectura para quienes estaban interesados en profundizar sus conocimientos sobre la historia nacional.

Posteriormente, en 1877, Vicuña Mackenna volvió a la historia de Valparaíso, esta vez para publicar, también en dos volúmenes, sus apreciaciones sobre el camino que unía a Santiago con el puerto de Valparaíso -camino que posteriormente sería transitado por el ferrocarril de Valparaíso a Santiago-, con lo cual pretendió profundizar en su idea permanente de una conexión originaria entre ambas ciudades desde sus fundaciones, la que ya había expuesto en la introducción de su Historia de Valparaíso.

Del mismo modo, hacia mediados de la década de 1880, fue publicada una de sus conferencias dada frente al público británico de Valparaíso, en la que exaltó el aporte de esta comunidad porteña entre los siglos XVII y XIX, titulada Valparaíso y los ingleses en tres siglos (1884).

Vicuña Mackenna tuvo un marcado interés público e intelectual por el fenómeno de la transformación urbana, huella dejada por su visita a Europa a fines de la década de 1860.

En ese sentido, complementó su labor política con la escritura de obras relacionadas con la historia de las principales ciudades del país - principalmente Santiago y Valparaíso - donde desplegó su acervo escritural e imaginario historiográfico, para dar cuenta de los cambios de estas urbes a través de los siglos y cómo la modernidad capitalista transformó a pequeñas aldeas coloniales en ciudades industrializadas, comerciales y cosmopolitas. Así, se ha entendido que, desde una perspectiva pública y política, Vicuña Mackenna escribió una historiografía urbana con la clara finalidad de construir una "memoria comunitaria" sorbe las ciudades y sus habitantes, con una posición crítica respecto abandono colonial y la perspectiva futura del mejoramiento urbano a través de la acción pública, privada y social (Sanhueza, Carlos. "Historiografía y funciones públicas en Benjamín Vicuña Mackenna (Chile, segunda mitad del siglo XIX)". Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Año LXVII, Número 110, Santiago: 2000, p. 331-354).

En ese sentido y respecto de Valparaíso, Vicuña Mackenna escribió que "para el que llegaba por mar, allá en los primeros años del pasado siglo [siglo XVIII], las áridas lomas a cuyo pie moría el histórico valle de Quintil, ofrecían un aspecto agradable, casi pintoresco. Un centenar de casas, o más propiamente chozas, esparcidas caprichosamente en los declives, en las gargantas y en los atrevidos espolones de las montañas, que el mar azotaba en sus creces y el viento en los huracanes; puentes rústicos echados sobre los cauces de las quebradas; densas arboledas esparcidas en grupos (…). Pero una vez puesto el pie en tierra, todo el encanto desaparecía, como una ilusión de las olas. Una aldea sucia, pajiza, desigual esparcida a lo largo del declive, y un grupo de tétricas bodegas, separadas entre sí por estrechos pasadizos, en el plano de la playa: he ahí el panorama del antiguo Valparaíso contemplado sin los prismas de la óptica. No había calles, ni veredas, ni empedrados. Menos había policía, aseo en los cauces, faroles en las lóbregas noches, nada, en fin, de lo que hoy constituye una villa de mediano porte" (Vicuña Mackenna, Benjamín. Historia de Valparaíso, tomo I. Santiago: Universidad de Chile, impresión de 1936, p. 533).

Si bien el plan de Vicuña Mackenna era escribir la historia de Valparaíso hasta 1860, para resaltar los cambios profundos que vivió la ciudad-puerto en tan solo unas décadas del siglo XIX, no llegó a publicar el tercer tomo de la obra y el segundo tomo quedó redactado hasta los sucesos de 1810. Sin embargo, en la dedicatoria del primer tomo I destacó el cambio de Valparaíso y lo relacionó con la figura del ingeniero británico Josué Waddington (1792-1876), precursor de la modernización del puerto.

Vicuña escribió al respecto que "no era sino una aldea de míseros pescadores, al paso que, como puerto de mar, apenas albergaba un grupo de galpones de madera en que los monopolistas de Lima acopiaban cada verano la escasa mies de la indolencia colonial. En medio siglo, empero, aquella aldea se ha convertido en la ciudad más bella del Mar del Sur. En un cuarto de siglo aquel grupo de bodegas se ha trocado en el emporio de los mercados de Occidente. Tal ha sido la obra de la fraternización en el trabajo, en la libertad y en la tolerancia, de las diversas generaciones que se han sucedido desde que la República abrió de par en par sus puertas seculares a los hombres, a las ideas, a las mudanzas que de allende el mar nos enviaban como la salutación de bienvenida, el Orbe entero" (Vicuña Mackenna, p. 13).

Una historia complementaria al texto de Vicuña Mackenna sobre la conexión entre Santiago y Valparaíso fue la Reseña histórica del ferrocarril entre Santiago y Valparaíso (1863) de Ramón Rivera Jofré (1845-1887), texto que abordó directamente la historia de la construcción de dicho ferrocarril, planificada por el empresario e ingeniero William Wheelwright (1798-1873). En ese sentido, uno de los temas centrales tratados por Rivera, fue la importancia de esa línea férrea para el fomento del comercio, el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la industria en el país.

Ha inicios del siglo XX, específicamente en 1910 y enmarcado en el contexto de las celebraciones del centenario de la República, Juan de Dios Ugarte Yávar se dio a la tarea de confeccionar una reseña histórica de Valparaíso que abordara de manera concisa todos aquellos elementos tratados previamente por el resto de los historiadores de la ciudad-puerto.

En palabras del propio Ugarte, este consideró que su libro era "el más completo que se haya publicado en su género, porque hasta la fecha, después de la obra histórica del señor Vicuña Mackenna, no se ha intentado dar a luz una historia de Valparaíso que abarque, en detalle, cuanto se relaciona bajo el punto de vista de su desarrollo comercial, administrativo y social. Y que este pueblo es digno de dedicarle periódicamente una obra que ponga en evidencia su progresivo desarrollo, no puede ponerse en duda; pues es el más importante de la República, tanto por las entradas con que contribuye al incremento de las arcas fiscales, cuanto por su activo comercio, virilidad de sus hijos y proyectos que alienta para una época no lejana que le augura brillante porvenir" (Ugarte Yavar, J., Valparaíso: 1536-1910. Recopilación histórica, comercial y social, Valparaíso: Imprenta Minerva, 1910, p. 8).