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Investigaciones sobre zoología, botánica y fósiles

Luego de terminar su labor colonizadora y participar en la dirección y cuerpo docente del Liceo Alemán de Valdivia, Rodulfo Amando Philippi se trasladó a la ciudad de Santiago, donde fue invitado a incorporarse al claustro del Instituto Nacional en 1854 para realizar un curso sobre botánica, al que se sumó el de zoología en 1855, los que replicó también en la Universidad de Chile.

Desde esa posición como docente pudo desarrollar diversas investigaciones en las instalaciones de ambas instituciones educaciones utilizando las colecciones formadas previamente por otros naturalistas en esas áreas de las Ciencias Naturales, lo que complementó con sus permanentes expediciones a diferentes territorios del país. En ese sentido, la labor desarrollada por Philippi fue la continuación de los trabajos que habían realizado tanto Claudio Gay (1800-1873) como Ignacio Domeyko (1802-1889). Este último se había incorporado al trabajo y los debates sobre el sistema educacional chileno, por lo que la investigación de las Ciencias Naturales quedó a disposición de Philippi.

Rodulfo Amando Philippi se dedicó a completar las colecciones de flora y fauna ya existentes en la Universidad de Chile con sus recolecciones en el Desierto de Atacama, en los alrededores de Santiago, gran parte de la zona centro-sur del país: Valdivia, La Araucanía, zonas costeras como Algarrobo y Valparaíso, el volcán Osorno, entre otros. Tanto las antiguas colecciones como las nuevas formadas por Philippi se convirtieron en parte fundamental de los insumos con los que formó el Museo de Historia Natural de Santiago (1876), trabajo que le fue designado por el gobierno de Manuel Montt Torres (1809-1880).

Por otro lado, el estilo y metodología de trabajo de Philippi fue distinto al de sus predecesores, ya que este se apegó mucho más a las nuevas formas utilizadas en Europa, más objetivas y limitadas a la descripción y análisis libre de juicios de valor, comparaciones o comentarios grandilocuentes sobre el paisaje, lo que marcó un punto de inflexión en la ciencia nacional, que comenzó a abandonar las formas del romanticismo y a incorporar el positivismo como filosofía. A este respecto, Philippi "se ciñe a la descripción cronológica, en general, del viaje, denominando los lugares y entregando las características del sector, incluidas algunas observaciones sociológicas. Luego, cada cierto trecho, en la prosa focaliza la atención en los eferentes orgánicos e inorgánicos que ha venido observando, presentando algunas listas de dichos exponentes. Lo relevante, en todo caso, es que en su prosa queda de manifiesto la búsqueda de exponentes orgánicos desde la perspectiva cultural y social eurocéntrica" (Saldivia, Zenobio. La ciencia en el Chile decimonónico. Santiago: Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana, 2005, p. 165). De esa forma, entre 1855 y 1899 publicó la mayor parte de sus más de cuatrocientos artículos y libros sobre zoología chilena, flora, insectos, reptiles, aves, peces, conchas, moluscos y restos paleontológicos.

En lo académico, uno de sus textos fundamentales fue Elementos de Historia Natural (1864), basado en el método de enseñanza alemán de las Ciencias Naturales y donde pudo expresar su análisis sobre la flora y fauna nacional y mundial. Tuvo además la posibilidad de exponer ciertas ideas sobre el "transformismo" de algunas especies, aunque, al igual que Domeyko, se negó a aceptar completamente la teoría de la evolución, lo que lo envolvió en una polémica intelectual.

Como señala Diego Barros Arana (1830-1907), "la dirección de su espíritu, su apego a la ciencia tal como la había estudiado, a la vez que su alejamiento de los grandes centros de elaboración de las nuevas ideas científicas, creaban y estimulaban su aversión por casi todas las teorías y especulaciones que tienden a armonizar los innumerables hechos aislados que ha recogido y recoge sin cesar la investigación y el estudio de la naturaleza. Así se explica su resistencia a aceptar la teoría de la evolución que hoy domina en todo el vasto campo de la historia natural, que se ha aplicado con prodigiosa sagacidad a los fenómenos sociales" (Barros Arana, Diego. El doctor Don Rodolfo Amando Philippi. Su vida y sus obras. Santiago: Imprenta Cervantes, 1904, p. 219).

Además, en el ámbito de la flora, dedicó parte de sus estudios a las plantas, hierbas y frutos que pudiesen tener algún uso medicinal, para lo cual contrastó los conocimientos locales y textos publicados previamente por otros autores con el ensaye de infusiones y síntesis de los principios activos de los vegetales de distinto tipo para su uso en la fitoterapia. Sus resultados los publico en el texto Elementos de Botánica para el uso de los estudiantes de medicina y farmacia en Chile (1869).

Otro ejemplo de su trabajo es Zoología chilena (1868) donde Philippi destacó los quince años de trabajo que le costó recopilar la más variada información sobre la fauna del país, y específicamente sobre las aves y las colecciones que pudo formar con ellas. El texto, según el propio Philippi, siguió la nomenclatura descriptiva y ordenamiento de Claudio Gay, al que agregó ciertas particularidades. En general, corresponde a una lista detallada y descriptiva de la colección que para entonces se encontraba en el Museo. En 1885 complementó ese análisis con un texto relacionado a las diferentes especies animales introducidas por los españoles en el país durante las primeras décadas del período colonial, entre las que destacó el ganado de diferente tipo.