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La literatura crítica de Chile

Pareciera ser que dos fueron los objetivos que se propuso Raúl Silva Castro al publicar su libro La Literatura Crítica de Chile (1969). Por una parte esclarecer y ordenar a través de un exhaustivo "Estudio preliminar" -que va desde Andrés Bello hasta Fernando Durán, pasando por José Victorino Lastarria, José Toribio Medina, Emilio Vaïsse, Vicente Huidobro, Manuel Rojas, Ricardo Latcham, entre muchos otros- el panorama de la crítica nacional. Por otra parte diríase que, a partir de la Antología que es este libro, buscó combatir la naturaleza perecedera de la labor del crítico en cuanto soporte de publicación.

El "Estudio preliminar", comienza escudriñando la naturaleza de la labor del crítico, de este modo Silva Castro parte por diferenciar la tarea de éste de la del historiador de la literatura, considerando que en nuestra historia literaria ambos términos tienden a desdibujarse y a permeabilizar sus límtes. Críticos literarios son para Silva Castro aquellos que "se mantuvieron en actitud de evaluación y enjuiciamiento durante una porción apreciable de su existencia, y sobre todo si la parte crítica de su producción es la más considerable y trascendental", esto a diferencia del historiador de las letras, quien se remitiría única y exclusivamente a la realización de una suerte de catastro diacrónico del acontecer literario. Cualquiera sea el caso, Silva Castro no toma partido por ninguna de las dos sino por el contrario hace hincapié en el objetivo que a su juicio les uniría: "unos y otros trabajan en pro de una sola causa: esclarecer el hecho literario, ponerlo en el nivel del lector común, aclararlo, entenderlo para hacerlo inteligible a otros".

El "Estudio preliminar" concluye en una situación que a Raúl Silva Castro pareciera preocupar, la naturaleza perecedera de la labor del crítico en cuanto soporte de publicación, esto es, salvo contadas excepciones -al momento de la publicación de este libro- eran pocos los críticos que contaban con volúmenes recopilatorios de sus obras dispersas en periódicos y revistas de circulación nacional. Es así como el panorama general de la crítica se perdía en páginas y páginas que rara vez habían sido recolectadas y ordenadas según algún criterio: "No creemos que exista un solo crítico chileno del cual se haya recogido el total de su labor crítica. Los más favorecidos -Mandiola, Vaïsse, Melfi, P. N. Cruz, Armando Donoso- han visto convertidos en libros unos pocos puñados de su producción, mientras el resto permanece sumergido en colecciones de diarios y revistas". Es así como Silva Castro se embarca en este tarea, realizando una primera aproximación y considerando que, si bien su criterio de selección puede ser considerado caprichoso, al menos servirá con el paso de los años, al lector para revelarle "cómo funcionaba el espíritu del hombre ilustrado de Chile en contacto con la realidad literaria, qué ideas le interesaba echar a la circulación, cómo relacionaba unos sucesos con otros para componer doctrinas y qué calibre intelectual corresponde a tales doctrinas".

Los autores incluidos en la antologia son: Andrés Bello, Joaquín Blest Gana, Zorobabel Rodríguez, Enrique del Solar, Rómulo Mandiola, Rafael Egaña, Enrique Nercasseau y Morán, Pedro Nolasco Cruz, Julio Bañados Espinoza, Eduardo Lamas García, Emilio Vaïsse, Luis Covarrubias, Enrique J. Hurtado y Arias, Misael Correa Pastene, Ricardo Dávila Silva, Eduardo Astorquiza, Ernesto Montenegro, Armando Donoso, Domingo Melfi, Luis David Cruz Ocampo, Eduardo Solar Correa, Víctor Silva Yoacham, Hernán Díaz Arrieta, Manuel Vega, Hernán del Solar y Fernando Durán.