Ana González nació en Santiago en el seno de una familia acomodada. Su carrera teatral se inició casi por casualidad cuando la invitaron a participar de una comedia de teatro de obreros. Trabajó en comedias de importantes compañías como la de Alejandro Flores, hasta que, cansada de la inestabilidad laboral, decidió crear un proyecto individual. Fue entonces cuando dio vida a su más famoso personaje: "La Desideria", que apareció en teatro, radioteatro y televisión. Fue la primera actriz en concurrir caracterizada a los estudios de radio, donde llegaba vestida como empleada doméstica y relataba anécdotas cómicas. Poco a poco fue sazonando estas anécdotas con contenidos políticos en defensa de la clase trabajadora, lo que sirvió para difundir los derechos laborales en los medios masivos.

Su paso de la comedia a los teatros universitarios fue también inesperado, ya que Pedro Mortheiru la invitó al segundo montaje del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica. Integró el elenco entre 1947 y 1963 debutando en Contigo en la soledad de Eugene O'Neill y participando en importantes obras como Pigmalión, Los zorros no duermen, La loca de Chaillot y, en 1980, María Stuardo. Participó también del debut del Teatro del Ángel de Alejandro Sieveking con La mantis religiosa en 1971 y en muchos otros montajes importantes como Testimonio sobre la muerte de Sabina, de Juan Radrigán en 1979.

La diversidad de su talento y su gran llegada popular la hicieron merecedora del Premio Nacional de Arte en 1969. Sus últimos años los pasó retirada de los escenarios por motivos de salud.

Falleció en enero de 2008, a los 92 años de edad.