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A. de Gilbert

Lejos de Chile, Rubén Darío se enteró de la muerte de Pedro Balmaceda a quien tanto apreciaba. Entonces, escribió A. de Gilbert, en honor a su amigo y al artista que había elegido tal seudónimo para firmar sus escritos que escasamente publicó.
En el libro, Darío entregó una reseña de las vivencias compartidas con su amigo, dejando constancia de su paso por Chile. También, elogió el trabajo literario de este artista tan desconocido, evidenciando su admiración y la influencia que tuvo en su propia obra: "Rubén Darío en el presente librito no es el mismo escrito que todos conocemos; es el desbordamiento del dolor, de la gratitud y de la admiración; es una palabra, la condensación manifiesta de todas las delicadezas del alma de este poeta sublime" (Juan Cañas. "Prólogo". A de Gilbert. San Salvador: Imprenta Nacional, 1889. p. III).