Conocida es la anécdota que grafica su situación de escritor por mucho tiempo. Trabajaba en la Compañía de Electricidad y un amigo (otro ingeniero), supo que daría una conferencia sobre poesía en esos días. Éste le aconsejó que no la hiciera para no manchar su imagen en la Compañía de Electricidad: "No lo hagas -le dijo-. Te echarán. Los norteamericanos no entienden de esas cosas. Encontrarán poco serio que uno de sus ingenieros dé conferencias sobre poesía. Sigue cultivando tu afición... en tu casa". Tras escuchar tal consejo, sintió un poco de temor, pero no le hizo caso. Finalmente, dictó su conferencia un sábado y al lunes siguiente el Presidente de la Compañía lo mandó a llamar. Muy serio, le comentó su sorpresa por las publicaciones en los diarios. Luego, señalando una pizarra que tenía tras él, le mostró todos los recortes de diarios referentes a la conferencia que estaban ahí y le dijo: "Señor, nos alegramos mucho que uno de nuestros empleados tenga interés y capacidad como para tratar estos temas. Y le ruego que me haga saber cuando dé la próxima conferencia para asistir yo también" (Mario Espinosa. "Hablemos más de mi". La Nación, 26 de abril, 1959).