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prolífica relación de trabajo

"Mis obras sin la dirección de Víctor no funcionaban"

Alejandro Sieveking

La relación de Alejandro Sieveking con Víctor Jara se gestó cuando eran compañeros en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. La amistad y el trabajo en escena cuajaron cuando Jara dirigió la obra Parecido a la felicidad. Sieveking contó que cuando cursaban cuarto año escribió una obra llamada Asuntos sofisticados, que tenía muchos personajes y pocos actores llegaban a los ensayos: "Entonces, Víctor Jara, otro compañero de curso, me dijo: 'Oye, los que siempre venimos somos cuatro. Haz una obra para esos cuatro'. Él me dio la idea para el texto, a partir de una situación que presenció. Una señora llega por la mañana a buscar a su hija a la casa de un tipo. Evidentemente, ellos se habían acostado juntos. Así escribí Parecido a la felicidad, obra que fue dirigida por Víctor. Era su primera dirección" (Guerrero del Río, Eduardo. Acto único: dramaturgos en escena, p. 208).

Una vez que se dio cuenta del talento que tenía para dirigir, Jara se retiró de la carrera de Teatro e ingresó a estudiar Dirección Teatral en la misma universidad. Para egresar de esa carrera montó otra obra de Sieveking, Ánimas de día claro, encargo que le hizo el Instituto del Teatro experimental y en la cual dirigió a las actrices Bélgica Castro, María Cánepa, Carmen Bunster, Marés González y Kerry Keller.

Después fue responsable del montaje de La remolienda, en cuyos ensayos director y dramaturgo trabajaron codo a codo. Sieveking explicó: "El aporte [de Jara] al texto fue mucho mayor en La remolienda que en Ánimas de día claro, a la cual casi no le hizo casi ningún cambio. Incluso [en La remolienda] Víctor creó una escena en la que los huasos juegan a los topones, una tradición campesina en la que los hombres toman en brazos a sus mujeres y chocan contra el hombro del otro huaso. Ésa fue la solución escénica para mostrar la felicidad de los campesinos por haber conseguido la manos de sus amadas" (Sepúlveda Corradini, Gabriel. Víctor Jara: hombre de teatro, p. 107).

El éxito de Parecido a la felicidad, Ánimas de día claro y La remolienda obligó a la compañía de teatro a realizar giras por diversos países de Latinoamérica y por Estados Unidos. Sieveking confiesa: "Mis obras sin la dirección de Víctor no funcionaban. Teníamos una afinidad en que no teníamos que explicarnos nada, lisa y llanamente" (p. 151). Sin embargo, después de La remolienda, Jara y Sieveking se distanciaron. Al respecto, Sieveking declaró: "Tuvimos un problema con algunos actores del Instituto de Teatro. A nosotros nos decían 'el clan Castro': Bélgica era la estrella que siempre trabajaba con Víctor, él era el director, y yo, el dramaturgo. Entonces nos tenían mala barra en el Instituto." (Guerrero, Eduardo. Acto único, p. 209). La dirección de la obra de Sieveking Todo se fue, se irá, se va al diablo, elegida para ser montada en el Teatro Antonio Varas, no fue ofrecida a Jara. Rumores y hechos fortuitos terminaron debilitando la fructífera amistad (Sepúlveda Corradini, Gabriel, op. cit., p.151).