En su libro Los Diez, el arquitecto y poeta Pedro Prado escribió la llamada Oración del Hermano Músico, donde estableció un programa estético de carácter simbólico en el cual las armonías musicales tenían una presencia fundamental. La música fue una de las artes predilectas del grupo y Alfonso Leng fue el compositor más representativo del movimiento.

En 1922, Leng compuso su poema sinfónico La muerte de Alsino, inspirado en la novela poética Alsino escrita por Pedro Prado. Esta obra, junto con marcar la culminación de las ideas musicales del grupo, constituye la pieza más célebre del compositor, que cierra su etapa de experimentación, asociada a la música contemporánea europea.

El poema sinfónico fue estrenado en el Teatro Municipal el 20 de mayo de 1922, con la interpretación de sesenta instrumentos bajo la dirección de Armando Carvajal.