Subir

La Negra Ester

Andrés Pérez viajó a Chile a comienzos de 1987 para dictar un breve taller destinado a difundir la experiencia adquirida en el Théâtre du Soleil en París, tras ser becado por el gobierno francés cuatro años antes. Fue entonces cuando conoció el interés del actor Willy Semler por llevar a escena La Negra Ester, texto de Roberto Parra escrito en décimas.

Regresó al año siguiente para impartir un nuevo taller y dirigir el proyecto que había sido ensayado durante dos meses por actores provenientes de distintas compañías: María Izquierdo y Willy Semler de Mi Capitán; María José Núñez, Horacio Videla, Boris Quercia y Cuti Aste de Teatro Provisorio; y Aldo Parodi de La Memoria, además de quienes habían colaborado antes con el director. Se sumó también Rosa Ramírez como la Negra Ester, papel que tuvo a su cargo desde entonces.

Durante el proceso de montaje se generó un estrecho vínculo entre Pérez y Roberto Parra, que propició la cristalización de una estética propia para la naciente compañía Gran Circo Teatro. Por su parte, Cuti Aste junto a Alvaro Henríquez formaron la Regia Orquesta, que acompañaba en vivo las representaciones.

El estreno de La Negra Ester se realizó el 9 de diciembre de 1988 en la plazuela O'Higgins de Puente Alto. La primera temporada se extendió por dos fines de semana con entradas que oscilaban entre los 350 y los 500 pesos. A fines de diciembre, el espectáculo se trasladó a la terraza Caupolicán del cerro Santa Lucía, donde se convirtió en un éxito de crítica y de taquilla.

A partir de entonces se gestionaron giras por comunas populares de Santiago, regiones y el extranjero que convirtieron al montaje en el más visto en la historia del teatro chileno. Se estima que -tras las sucesivas reposiciones- la puesta ha sido vista por 6 millones de espectadores en todo el mundo.

La itinerancia fuera de Chile llegó a cubrir doce países europeos, además de Estados Unidos, Cuba, Canadá, México, Uruguay y Argentina. En Londres se presentó en el River Side Studio, el mismo escenario en que debutaron los Beatles.

La obra de Parra es de carácter autobiográfico, se ambienta en el puerto de San Antonio a fines de la década del 30 y comienzos del 40 y muestra el amor entre Ester, una prostituta, y Roberto, un cantor.

Andrés Pérez admitió haber comprobado el éxito de la obra cuando "un borrachito llevó a cuatro hermanas prostitutas para que enmendaran el rumbo'', según declaró en el diario La Segunda.