Hacia 1871 el puerto de Antofagasta se encontraba pleno de vida. Su población multinacional se contaba por miles. Las primeras viviendas improvisadas habían dado paso a la instalación de casas para habitación permanente. En aquel período el salitre, el mineral de Caracoles y la construcción del ferrocarril de Antofagasta a Bolivia contribuyeron decisivamente al desarrollo del puerto, que en 1871 fue declarado Puerto Mayor. La municipalidad se fundó el 25 de enero de 1872 y poco después la ciudad ya contaba con 5.000 habitantes, en su mayoría chilenos. En la década de 1870, se construyeron importantes edificios y obras de infraestructura como el templo, el hospital, el lazareto, el cementerio, el alumbrado público, la oficina de correos, el cuartel de policía, la escuela, el teatro, el cuartel de bomberos, además de algunos establecimientos industriales e imprentas y periódicos locales. El terremoto y la salida de mar de 1877, "la noche triste de Antofagasta", destruyó buena parte de la ciudad, aún cuando el cerro Moreno se convirtió en una valla natural que logró disminuir los efectos del maremoto. Con todo, pese a las adversidades que imponía la naturaleza, las inmensas riquezas contenidas en la región lograron afianzar y consolidar el desarrollo de la ciudad. En este contexto y sin grandes trastornos, el ejército chileno ocupó Antofagasta el 14 de febrero de 1879 iniciando de este modo la Guerra del Pacífico que a la postre significó incorporar la región a la soberanía chilena. Las riquezas mineras de Caracoles y más tarde de Pulcayo y Oruro en Bolivia permitieron la construcción de la gran fundición de plata de Huanchaca. A partir de 1912 Antofagasta desplaza a Iquique como primer puerto salitrero. Ese mismo año se instaló el mineral de cobre Chuquicamata, que se convirtió en una de las grandes riquezas de Chile en el siglo XX, dinamizando económicamente a la región y al puerto de Antofagasta.