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Antonio de Orihuela

Distinguiéndose de la posición que tomaron en un inicio los miembros mayoritarios de su orden, el fraile franciscano de Concepción, Antonio de Orihuela Moreira se destacó por su ideario revolucionario. Durante la Patria Vieja participó de los asuntos políticos, formando parte del ala radical de la revolución en 1811. Es decir, del grupo liderado por Juan Martínez de Rozas en Concepción, la ciudad donde vivía, cuyas aspiraciones fueron apoyadas por Camilo Henríquez en Santiago.

A fines de agosto de 1811, tras la derrota de Rozas por el grupo moderado de la aristocracia criolla en Santiago, este grupo de radicales por medio de un Cabildo abierto destituyó a los diputados representantes de Concepción. Siendo acusados de realistas, fueron reemplazados por otros parlamentarios designados por el Cabildo, entre ellos Orihuela.

Días antes de esos acontecimientos fue cuando Orihuela publicó su famosa proclama, en la que denunció a los diputados realistas. Dirigida principalmente a las clases sometidas y explotadas, en sus palabras al "bajo pueblo", atacaba a la burocracia española y al egoísmo de la elite criolla, pues consideraba que estos sectores habrían sido los causantes de las desgracias del pueblo. Por esto llamaba a los chilenos, y principalmente a las clases populares, a levantarse en contra de esta opresión.

Las ideas de fray Antonio de Orihuela, según el historiador Sergio Grez, constituyen el primer intento de perfilar políticamente un sujeto popular autónomo. Su ideario habría tenido influencias del pensamiento ilustrado francés del siglo XVIII, como del igualitarismo natural del pensamiento cristiano, con tintes de un proto-socialismo plebeyo o "sansculottista". Esto último por el ejemplo e influencia de los autores en cuyas ideas se basaba la revolución francesa de 1789.