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El flujo migratorio árabe

La primera dificultad que tuvieron que sortear los inmigrante árabes era entender y hacerse entender en un país con un idioma tan distinto al de ellos. En un principio era un pequeño número de palabras aprendidas de memoria, luego fue un castellano simple con las jotas bien pronunciadas y las "p" transformadas en "bes", que les dio un tono característico que los identificaba y causaba más de una sonrisa entre los chilenos. Un hecho singular, fue la castellanización de los nombres y apellidos. En el primer caso, los Al Farid se transformaron en Alfredo; los Yamil en Emilios y los Abdala, en Teodoro. También es significativo que la gran cantidad de Jorges que hay entre los palestinos chilenos, se deba al hecho que es el santo patrono ortodoxo.