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Quebradas Altas

Desde el año 1.000 DC en la sierra ariqueña, los poblados muestran una amplia variedad constructiva, con diferencias de tamaño y emplazamiento. En el sector de Belén se conoce el poblado de Huaihuarani con más de mil estructuras distribuidas en tres sectores, además del área funeraria y el sistema de terrazas agrícolas.

Hacia el sur, en Tignamar, se ubica el pucara de Saxamar con un sector en ladera, un muro perimetral incompleto y cerca de 200 estructuras aisladas de planta circular. El segundo sector del poblado posee recintos rectangulares y sectores muy aglutinados con recintos subdivididos interiormente. Otro sitio importante es el pucara de Tangani en la quebrada de Oxa sobre los 3.300 metros. Se trata de un gran asentamiento de 650 recintos emplazados en dos sectores residenciales, cada uno asociado a un espacio abierto o plaza central.

En San Pedro de Atacama este proceso es algo distinto. Entre los siglos X y XIV DC, algunas aldeas de los oasis mantuvieron la tradición constructiva en barro, mientras otras comenzaban la ocupación permanente de las tierras altas, con las primeras aldeas aglutinadas y sistemas de estancias que se ramificaron hacia la cuenca del Loa y las quebradas en torno al gran salar. Dado que el emplazamiento de estos sitios era preferentemente en las quebradas, otro rasgo que caracterizaba a los asentamientos de este período es el uso de técnicas de aterrazamiento y muros de contención tanto para la construcción de espacios residenciales como productivos dedicados a la agricultura.

Luego, entre los siglos XIV y XV DC, aparecen elementos novedosos como las chullpas de piedra, distintos tipos de recintos domésticos, aldeas con un trazado de conjunto ordenado por calles y vías de circulación, así como muros perimetrales en los pucaras.