Subir

Ochenta años

El año 1983 fue un punto de inflexión en la ya avanzada vida de Claudio Arrau. Había sido declarado en los principales círculos musicales del mundo, desde el año 1982, "El año de Claudio Arrau", lo que ya le significaba un gran homenaje en vida. Su cumpleaños, en febrero, fue celebrado en el Lincoln Center de Nueva York, y quien le cantó el "Happy Birthday" fue nada menos que el afamado tenor Plácido Domingo. Así también, el 21 de julio la UNESCO le otorgó el máximo galardón otorgado a un músico por esa institución; el Premio Mundial de la Música. Por otra parte, el sello discográfico Philips había lanzado al mercado una colección con sus interpretaciones, compuesta por 58 discos agrupados en diez volúmenes. Pero sería en agosto cuando recibiría una de sus mayores satisfacciones.

Hacía más de una década que Arrau no visitaba Chile, lo que sumado a su pasaporte estadounidense, a su negación para dar entrevistas y las especulaciones en cuanto a su posición política antidictatorial, transformaban su figura en un enigma. Pero su calidad musical y aporte en el arte eran incuestionables.

Fue así como Mario Baeza, director del Grupo Cámara Chile, postuló al maestro Arrau como candidato para el Premio Nacional de Artes Musicales. Se reunieron cerca de 5 mil firmas de apoyo, estando entre las primeras nada menos que la del poeta Nicanor Parra.

Luego de una importante discusión, se le otorgó definitivamente el premio el 22 de agosto de 1983. Enrique Valenzuela Blanquier, embajador chileno en Estados Unidos, fue el encargado de comunicarle la noticia.

A pesar de que, por compromisos impostergables, no pudo asistir a la ceremonia de entrega, el hecho le significó su reencuentro con el país. El 6 de octubre del mismo año concedió entrevistas a dos periodistas chilenas: Inés María Cardone, de La Tercera, y Sonia Quintana, de El Mercurio, la cual fue transmitida por Canal 7 a toda la nación.

Por fin retornó el 10 de mayo de 1984, después de 17 años. Con gran algarabía e impacto popular, Claudio Arrau realizó presentaciones en el Teatro Municipal y la Catedral de Santiago, conciertos transmitidos por la misma señal televisiva de cobertura nacional. Además visitó su tierra natal, Chillán, donde recibió sentidos homenajes.

Después de 15 días de permanencia, retornó a Estados Unidos. Nunca más pisaría tierras chilenas.