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Historias de bandidos

La cuentística de Rafael Maluenda alcanzó uno de sus puntos más altos con Historias de bandidos. Cinco cuentos componen este volumen: "Perseguido", "Los dos", "El...", "La cacería" y "Por despecho". Para Carlos Ruiz-Tagle, "en la mayoría de los relatos de Maluenda, los verdaderos bandidos parecen ser los pacos. Ocurre esto en «Perseguido», en «Por despecho», y muy especialmente en «La cacería». En este último, los policías hacen correr adelante a los malhechores recién capturados. Estos se niegan al principio. Los carabineros insisten: «Ya, vamos corriendo». Cuando los pobres desgraciados lo hacen los acribillan a tiros. Después dirán que trataron de huir, y por eso se vieron en la necesidad de dispararles" (Ruiz Tagle, Carlos. "El negro y las historias de bandidos", El Sur (Concepción), 26 de mayo, 1968, pág. 2).

En "Los dos" se narra el encuentro entre el Huinco y el Macheteado: "dos hombres cuyas proezas de bandidaje habían sembrado el pavor en cuatro provincias". El Macheteado desea conocer al viejo Huinco, "audaz que burlaba las partidas de gendarmes, llevándose piños enteros de animales, cobrando imperiosamente contribución de guerra a los hacendados" (pág. 26).

A este episodio lo suceden cinco capítulos de la vida del bandido Ciríaco Contreras, cuyo testimonio fue entregado al propio Rafael Maluenda por el hijo de Contreras. La leyenda de este personaje era bien conocida: "Nadie en Talca ignoraba lo que había sido la vida de Ciríaco Contreras durante estos últimos cinco años en que, perseguido por la policía, siempre burlándola, se hizo una reputación de románticos prestigios entre asaltos sangrientos y hábiles correrías de cuatrero" (pág. 79).