El niño que enloqueció de amor, presentó en forma de diario de vida, el caso frecuente de un niño que se enamora de una mujer madura. La trama resultó audaz en su época, provocando intensa polémica. Pero fue celebrada por autores como Gabriela Mistral, Ángel Cruchaga Santa María, Daniel de la Vega, Carlos Préndez Saldías y Roberto Meza Fuentes, quienes dedicaron poemas al libro. Finalmente, reconocida como una obra indispensable en la narrativa chilena del siglo XX, ingresó a los programas de estudio del Ministerio de Educación.