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Textos dramáticos

Sólo escribió dos obras de teatro: La Camila o la patriota de Sudamérica, escrita en 1816 e impresa en Buenos Aires en 1817, y La inocencia en el asilo de las virtudes, la que nunca vio impresa. Ninguna de las dos obras fue representada y ni sus contemporáneos ni el público posterior ha mostrado interés por alguna de ellas. Coinciden en esto muchos estudiosos de Camilo Henríquez: sus obras teatrales carecen de situaciones atrayentes, una trama sólida y de personajes con fuerza dramática. Más bien, parecen transcripciones de sus argumentos políticos e ideas filosóficas que obras teatrales. Por ejemplo, Eugenio Pereira Salas señaló que los personajes son meros símbolos de sus ideas; Andrés Sabella dijo "lo avasalló el político, ahogando el escritor"; Fernando Debesa, comentó "quizás 'sentimental' sea el concepto clave de estas obras", y Miguel Luis Amunátegui, uno de sus primeros biógrafos, vio en Camila a Camilo con faldas. Esto, sin duda, fue el resultado de querer transformar su teatro en una escuela política.